Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1107    |    Actualizado en: 30/09/2025

ista de Ai

la habitación de Brenda, había un flujo constante de visitantes, risas y el aroma de flores caras. Damián había contratado a un chef privado para preparar sus comidas, los deliciosos aromas flotando por el pas

ezas que Damián ya había resuelto. Entonces, una tarde, apareció

unció-. Vamo

é fija

a ningun

unido -dijo, su sonrisa no llegaba a sus ojos. No era una petición; era una orden-. Brenda se sie

ara su teatro corporativo, todo por la comodidad de la mujer que había destruido mi vida.

n -d

leopatra embarazada, rodeada de miembros de la junta aduladores. Llevaba un vestido blanco vaporoso, su mano descansando posesivamente sobre su ligero bulto

mián, sosteniendo una botella de champa

Fue por ahí, sirviendo una copa a cada

o-. Necesita pilotar la moto acuática para la vuelta de celebr

. Después de la transfusión, apenas tenía fuerzas para estar de pi

el conflicto en sus ojos. Pero una mirad

-asintió, evit

l agua sin esfuerzo, riendo mientras Brenda, montada detrás de él, chillaba de alegría. Ella seguía instándolo a ir más rápido, a cr

a repentina se estaba acercando. El viento se levantó

olver! -grité por encim

gesto de

a más! ¡Por

un brillo malici

as, Aimee. Un poco de

a ola enorme me golpeó, casi tirándome. Mi cordón de seguridad, el que conectaba mi chaleco s

u acto de valentía olvidado-. ¡Me duel

su moto acuática, corriendo de regreso hacia el yate, dejá

e nuevo. Mientras luchaba por girar mi propia máquina, vi a Brenda inclinarse sobre la pa

o, seguido de una liberación enfermiza.

por encima del viento, su

al agua violenta y arremolinada. Las olas me arrastraron hacia abajo, el frío un peso aplastante

voz tragada por la

s, sus ojos escudriñando las olas. Por un momento que me paró el corazón, nuestras mirad

me arrastraban de nuevo. Mi brazo herido e

gua salada, mi energía desvaneciéndose rápi

s rocas afiladas, rasgando mi vestido y mi piel. Después de lo que pareció una eternidad, mis dedos se cerraron alrededor de un

mián, con el teléfono en la oreja, de espaldas al mar d

a tormenta por un momento, un destello de algo

pulador de Brenda llegó a través

Me dio la espalda por última vez, desapa

a alejarse, dejándome morir en una roca

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY