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Historia

Capítulo 2

Palabras:1086    |    Actualizado en: 10/10/2025

Isab

ntasma de un futuro que había sido una mentira. El dolor físico en mi vientre era un latido sordo y constante, pero no era

onato. Interpreté el papel a la perfección. Dejé que me viera pálida y retraída. Dejé que me trajera sopa y me acariciara el cabello, su tacto como

me había dado, pieza por pieza, convirtiendo diamantes en efectivo no rastreable. Abrí una nueva cuenta bancaria con el apellido de soltera de mi madre. Investigué pue

mentira que no me molesté en cuestionar. Entró en la

dijo, su voz teñida de

diamantes, frío y pesado

ejé que lo abrochara alrededor de m

o. Me mordí el labio para no hacer una mueca. Él no se dio cuenta. Estaba demasia

e noche. La pantalla se iluminó con un no

ent

illas. Era una mezcla de cosas: ira, a

ron en la pantalla. Un destello de algo -hambre, anhelo- cruzó su ro

éndose más cálida, más viva. Me dio la espalda, caminando hacia

o e íntimo que nunca había usado conmigo. "Despejaré mi a

rma en que sus hombros se relajaron, la sonrisa genuina que tocó sus labios. Era un homb

ara del esposo devoto deslizándose

ña cena familiar en la hacienda de Morelos esta noche. Por la inauguración de la gal

nuestro matrimonio

udo, y él era demasiado arrogante pa

nsión en expansión de piedra y cristal con vistas al implacable paisaje. E

s un regalo bellamente envuelto. Era un li

a de nuestra parte",

favorito, un hecho que ella había mencionado meses atrás en un brunch familiar. Un deta

que brillaba como aceite sobre el agua. Era hermosa, serena y exuda

besando el aire junt

señalando el regalo en mis manos mientras

a se iluminaron mien

llos. Era una mirada que hablaba de una historia de la que yo no formaba parte. En e

el próximo mes", anunció a la sa

o de alivio me atravesó. Ser

la suya al otro la

. "Espero que encuentres lo que buscas allí. A veces ti

ó su rostro. Por un segundo, pe

nte con ella, su conversación un rápido intercambio de bromas internas y recuerdos compartidos. Conocía su vino favorito, recorda

durante unos días. Dante, que supuestamente apreciaba mi salud por el bien de nuestro hijo, no se dio cuenta.

ías comenzó a endurecerse, cristalizándose en algo

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