nía que pasar nueve "pruebas de lealtad" diseñadas por su obsesión de la infa
nal, dejándome enferma y sangrando al costa
inauguración de mi galería por una pesadilla que ella tuvo, el funeral de mi abuela por su coche convenientemente descompuesto. M
orazón era un bloque de hielo. No quedaba más calor que dar,
cómo mi esposo, desesperado por complacerla, firmaba el documento que ella deslizó frente a él sin siquiera mirarlo. Él pensaba q
ítu
vista d
ó sangrando al costado de una carretera por ella.
risas luchaban una batalla perdida. Un calambre agudo se retorció
s. No había dicho una palabra desde que salimos del restaurante, pero la tensión que emanaba
e oscuro, la pantalla proyectando un
fí
altó. Agarró el teléfono de la consola, su pulgar deslizand
nte la última hora se había ido, reemplazada por una preocupación espesa y me
del altavoz, un quej
truenos... son tan fu
a dudó. Las palabras fueron automáticas, una pr
que nunca
dor. Nos detuvimos bruscamente en el acotamiento de la carretera vacía, las luces trase
s ojos ya buscaban en la carretera oscura,
é, el dolor haciendo mi voz
impaciente, molesta. Sacó un fajo de bille
o te sobra. Va
tor, dando una brusca vuelta en U que
desapareciendo en la torme
s en mi mano sintiéndose como basura. El dolor en mi estómago
ovena vez. El
su lealtad seguía siendo de ella. Así que, ideó nueve pruebas. Nueve momentos en los que él tendría que elegir entre su esposa y el
lmente le creyó cuando dijo que solo tenía que superar
a nunca iba
todo. E
do. Apoyada contra el metal frío, vomité sobre la grava, los calambres finalmente ganando. Cada arcada era
nsé que estábamos construyendo. Era un patrón de espera, un lugar cómodo
bía arreglado todo. Mi vida entera era una nota al pie de página en su
adilla. Él se fue. El funeral de mi abuela, cuando el coche de Sofía convenientemente se descompuso a una hora de distancia. Él se fue. La vez
i pecho. No quedaba más calor que dar. No más esp
llegaría. Me había
una propuesta que Sofía quería que Rico firmara, una forma de unir sus finanzas a través de una "fachada legítima" de adquisició
había añadid
rdo de
o una hora después, una citación. *Nos vemos e
firmara los papeles de inversión fren
uviera su e
pareciendo una reina trágica. Rico estaba de pie a
a-. Lo siento mucho. Le dije que debería haberse
carpeta sobre l
buena manera de compensarte. -No me miraba a los
lemente garabateó su nombre en la línea que y
enenosa en sus labios. Recogió el docu
hecho. Eres
n mí. La victoria en el
lenciosa y muerta en mi pecho. No
a -dije, mi voz un
ecía con
lly, ¿de qué e
amente y lo guardé en mi bolso. Luego me di la vuelta y salí por la puerta, dejándo