"Ria" Ro
tes se trataron
otorio. Salvador odiaba las demostraciones públicas de emoción. En cambio, revisé metódicamente mis lis
i feed. El ruido de sus vidas perfectas -las galas de caridad, las vacaciones europeas, los bautizos de los ni
ud de mensaje. La foto de perfil era una f
deberías
Instagram. Un primer plano de la mano de Sofía Ricci, con un enorme diamante amarillo en
hecho que los plomeros lo recuperaran. O, más probablemente, si
ni dolor. Era como mirar la fot
ta en mi celular. Evidencia. Luego bloqueé al usu
anciana que había conocido a mi madre du
, dijo, con sus ojos agudos y sabios mientras dejaba el
de Salvador estacionado a
, Adriana. Y las estrellas no giran alred
odo. Había visto su frialdad, su egoísmo, y se había mantenid
, más para mí que para la s
iña", dijo suavemente, dándome una pal
l aroma de su perfume ahora tenue, un susurro fantasmal. Me a
ue yo había creído que era. En el sueño, me estaba abrazando, dic
ue lo extrañara. Era porque estaba de luto por la chica qu
jón en el escritorio de mi madre, mis dedos rozaron un sobre gru
emergencia por un ataque no provocado a otro perro en un parque. Las notas del veterinario eran escalofriantemente clar
ompromiso. Él lo sabía. Había estado allí con ella ese día. Sabía que el perro era
ificó en mis venas. Ya no era
n número bloqueado
la voz de Salvador, tensa por la frustración
nte lo haga", dije
collar de diamantes que te di por nu
os. Me había dicho que lo había manda
lo t
o lo tienes? Vale más que esa
rías haberlo cuidado m
La máquina cobró vida, masticando la evidencia de su traición en tiras de pa
justificación