sa
ida tailandesa de un recipiente para llevar y viendo un reality show sin sentido. M
ando su maletín junto a la puerta. N
o antes, un superficial "¿Cómo está el brazo?" al que no había respon
ando -dije, sin apartar
ambió. Sostenía una pequeña y brillante bolsa de regalo de una marca
ba observando, su mirada intensa, buscando una señal de gratitud, de perd
nían esa familiar lástima condescendiente que
je, mi voz educa
pad
Qu
sa marca. Es d
elfie de ella y Damián en la boutique de la marca, ella sosteniendo el mismo frasco de crema, con la l
is ojos volvieron a la televisión, donde una muje
ó, tratando de
e d
alo de la mesa de centro. El pesado frasco de vidrio que había dentro golpeó el suelo de madera c
luego a mí, apre
a? ¿Vas a hacer un berr
-dije simplement
plicando la ley del hielo. ¿Cuántos años tienes, doce? Es patético.
nta áspera por los sollozos no derramados. La nueva Elisa sintió una extraña
eras, Damián -dije
e comida para llevar y los tiré a la basura. Cam
sados de ira. Esto no i
dónd
a ca
xigió, bloque
-mentí, sacando las
tro, su expresión una mezcla de furia y total desconcierto. No podía comprender un mundo en el qu
punto de