rsonal mientras subía la escalera. Sus opiniones eran irrelev
entró. Era mucho después de la medianoche. Se movió en silencio, un depredador en s
rmuró, su voz u
deo nítido y claro que me acababa de enviar un investigador privado.
res quemar tu vestido de novia? -
rada fija en el interminable fluj
palabras cortantes-. Algo
tensión repentina en sus brazos. Era un maestro
izo girar para mirarlo, sus manos acunando mi
nó para
u perfume, una fragancia empalagosa y enfermizamente dulce que ahora reconocía, se aferraba a su traj
n poderosa que me dobló
un sonido se
ambaleándome
adeé, las palabr
ción, apenas llegando al inodoro antes de que mi cuerpo expulsara violentamente el contenido de mi estó
ansformado. Kael ya no estaba solo. La jefa de amas de llaves y una docena de otro
tas de plata con un pañuelo de seda. Su rostro, sin embargo, era cualq
Ninguno de ustedes pensó en ver cómo estaba su señ
alquier error, por pequeño que fuera, era severo. Un solo paso en falso podía significar el despido instantáneo, ser puesto
durante una década-. Nosotros... estábamos preocupados por... la situación del
aves por el cabello y tirando de ella hacia adelante
mientas
zaron desde las sombras, agarraron a la mujer que gritaba y la sacaron de la
e descendió. Nadie s
o Kael, su mirada recorriendo al personal restante-. ¿Quizás un
Mi voz era débil, pe
do de furia fría a tierna preocupación tan rápido
o te descuidan? No puedo permitirlo. -Volvió la cabeza hacia el aterrorizado
habitación como si el mis
ada uno de los sirvientes de la