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una mujer a la que no con
ción, pese a saber que su destino había sido unido por algui
n para cambiar muchas cosas en aquel hombre. Un evento doloroso lo hizo acepta cualquier cos
cuando este solo estaba ocupando el lugar de su
ue un castigo, un recuerdo doloroso par
n para no ver su rostro, solo que ya no era un hombre joven a quien podían manejar a su antojo, era el mayor de t
ía dos hermanos que se asemejaban a la edad de la novia, tenía que contraer nupcias con
el matrimonio y a esa generación les correspondía a ellos
o, Estados Unidos; ella había crecido en un internado, luego de que su madre falleciera cuando ella tan solo tenía tres años y su padre se volviera a casar un año después, teniendo así
parte de su vida en Francia, regresaba a San Francis
os novios tuvo participación alguna en preparativos y demás, incluso el v
e ambas familias eran de allí, porque el pad
su esposo haya sido enviarla a un internado desde la boda, porque ella no estaba s
etti y desde entonces la mujer lo tenía en sus manos,
ía sido tan diferente
ecibió cheques, regalos pocos personales y una tarjeta en cada navidad cad
al aeropuerto, pero no fue así. Tampoco dijeron si no llegarían y ella no se can
rse cuenta de que su padre llevaba más de quince años sin verla en persona y aún así no era capaz de estar allí
sabido, allí nadie la quería, su padre no la amaba, la única esperanza que tenía era poder formar una familia
a pesar de que no era una alianza por amor, que su esposo la recibiera con ca
de amor, porque su realidad había sido muy diferente a eso. No lograba recordar el nombre de su madre, mucho menos su rostro y desd
le dijera que las cosas iban a sal
o le importaba, su pecho dolía con c
acia el cielo, notando que sobre su cabeza ha
er quien era el dueño o
enormes ojos grises oscuros
ueve? -preguntó aquella voz,
rada en la mirada del hombre, en su barba
ojaba o no. La sujetó del brazo y la llevó hasta la puerta del aeropuerto, deján
viendo como él se marchaba haci
responder se dio cuenta de que era su pad
e su padre, ese era el nombre del chofer-. Estab
s, padre. Voy a
s, Chiara. El chofer va en c
ue el chofer llegó, para
el chofer entrara la maleta, empapada subió a
Darnelly eran gemelas idénticas, por lo que Chiara no sabría
menos que Chiara, pero la joven sentada a su lado era toda una mujer. Su cabello era castaño, tenía ojos verdes y un rostro muy h
mana en persona, conocerla, pero la joven la ignoraba
Olimpia? -preguntó Ch
Acaso me conoces? No te interesa saber qui
soltó la joven ofendió a Chiara, y y
iendo con un abrazo a su hija y entrando enseguida, sin esperar
alda, y no sintió ninguna calidez de parte de el
aquel lugar, miró hacia los lados para ver si su padre estaba allí, pero lo único que h
a a casa,
adre? -Tenía un nudo en su
rá para la cena. Está usted empapada, permítame a
ero que Chiara hizo fue ir hacia las
allí-dijo-. Su habita
e esta es la primera vez que vengo aquí. S
l área de lavado, salieron al patio trasero y allí vieron la
queña, que al abrirla dio paso a una pequeña, diminuta habi
aciones tranquilamente, pero...¿le daban esa a Chiara? Aq
ella, esa había sido la orden que dio Rosa
aq
-. Muchas gracias por guiarme. ¿C
ar de
ustaría verlo hoy, pero no tengo la más mínima informaci
s Davide Queen. A lo mejor encuentra alg
n su nombre s
po, debe ser cierto. -Chiara sonrió, imaginando su príncipe azul-
en el estómago, mientras entendía perfectamente
era bi

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