img Su Amor Orquestado, Mi Vida Destrozada  /  Capítulo 3 | 30.00%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1033    |    Actualizado en: 19/12/2025

Ni un solo mensaje, ni una sola pregunta.

na, los ojos de la doctora

una cálida sonrisa en su

elco doloroso. La in

a a nadie, especialmente a mi esposo. -Me miró con cur

hermana. Y detrás de ella, su madre, con el rostro como una máscara de falsa preocupación. M

fachada angelical

so usó la palabra "hermanita", un término que rara vez, o nunca, pronun

con una expresión ave

na disculpa cuidadosamente ensayada-.

io un paso adelante,

a de veneno-. Siempre algo contigo, ¿no es a

as. La vieja rabia bullía, pero

leria, tirando del brazo de Mateo. Lo sacó de la habi

entas mi teléfono, mis dedos volando por

. La dulce sonrisa se desvaneció, reemplazada por una mueca de desprecio. Su

ido. -Paseaba por la pequeña habitación, su ira apenas contenida-. Pasó toda la noche conmigo, pero e

mi voz sorprendentemente firme-. Y ciertamente no orquesté

n sonido ásper

er prometido? ¿Lo rápido que te botó cuando las cosas se pusieron "complicadas"? -Sus palabras retorcían el cuchillo, recordándome las

, una

aún no lo sabe, pero lo sabrá. Y entonces estarás fuera de la foto para siempre. -Trazó el contorno de su vientre, un brillo tr

ajó a un susurro, ll

r a su esposo, tú no pudiste rete

Mi madre. La s

etados, mi voz temblando de furi

ió con su

adenita barata que te dio? ¿Crees que eso significa algo? Gastó una f

pl

struo, igual

brillaron

esperado, agarró un pequeño cuchillo para fruta de la mesa junto a m

el cuchillo y luego se desplomó en el

có! ¡Intentó matar

allí, con los ojos desorbitados de horror,

jos ardiendo con una furia pelig

de la cama con un ruido sordo y repugnante. Un dolor agudo me desgarró el abdomen, haciendo que estrella

a, corriendo al lado de su hija-. ¡Pagarás

bras no salían. El dolor era demasiado inte

a en sus brazos, su rostro una máscara cont

jos ardiendo de odio, mientras salía corrien

estaba completamente en él, en Valeria. Lo siguieron, una procesión caótica, dejándome s

s furiosos resona

la o a mi hijo, cerrar

nte e implacable. Lentamente me levanté, mi cuerpo gritando en protesta. Mi mente

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