i. Le indiqué al conductor que me llevara a un hospital diferente al otro lado de la ciudad, lejos de él
un torbellino de exámenes, el r
baja, sus ojos llenos de pieda
cebido en el engaño y nacido de la traición, habría sido un recordatorio constante de la pesadilla. E
ome físicamente. Mentalmente, ya me había ido.
a: selfies triunfantes con él, cenas románticas, declaraciones de amor. Ca
an en el aire viciado. Su ropa todavía estaba en el armario, su olor aún persistía,
minado, una reliquia de una hermosa mentira. Dejé atrás cada regalo que me había dado
La tomé, mis dedos trazando la línea donde nuestras sonrisas se encontraban. Luego, con un movimiento furioso y decidido, agarré un bolígrafo
Dentro había un acuerdo de divorcio, ya firmado por él
y firmé mi nombre en la línea punteada. S
mucho tiempo, una eternidad, antes de que
uieres?
que pudiera siquiera hablar-. Una
e ellos en un restaurante elegante hacía apenas una hora.
je-. No
onido exagera
ás tarde. De verd
e, interrumpiéndolo. Las palabras quedaron
extendió entre nosotros.
hicis
ré, mi voz plana, desprovi
ronroneante, inconfundiblemente la de
ella? Tal vez deberías ir con ella. Te nece
ó, un soni
io-. Loca. ¿Después de lo que te hizo a ti, a n
Si algo le hubiera pasado a ella, a tu hijo, me habría asegurado de que lo
ra esperó mi respuesta-. No voy a dejar que esto ar
n la casa vacía. Loca. Tal vez lo estaba. Loc
u número. Y el de ella. Cada cuenta de red
alí por la puerta. El aeropuerto. Ese era mi destino. Iba a d
mi llamada, pero las palabras, "papeles del divorcio", lo carcomían
perceptiva, not
dulce como el azúcar-. ¿Quieres ir a v
e bu
replicó, su ira hacia mí todavía hirviend

GOOGLE PLAY