El humo que podĂa verse en la calle producto de la volanteada que Bruno dio a su auto para evitar choca
stre que se avecinaba a la vuelta de la esquina y fue sĂłlo sentir el impa
le decĂa Sergio en el altar mientras sujetaba con fuerza sus manos y las besaba. – siento que soy el hombre
mear un poco; es que muchos de los presentes envidiaban, en el buen sentido, el amor que se tenĂan y verlos
a y que, aunque no me necesites ahà estaré para ti. - prometió ante los ojos de dios y las decenas de personas que eran
.
deteniendo sus manos que viajaba
y eres lo más preciado de
re que este destinado a compartir sus dĂas hasta el Ăşltimo. Se habĂan conocido en el quince de su hermana y e
ba con perder su virginidad con alguien que también se haya guardado p
ositĂł sobre la cama y sin dejar de mirarla fijamente, fue subiendo a la misma, al mismo tiempo qu
sus labios y entre besos y ca
r. – dijo entre risas mientras la
la de la misma manera, muy nerviosa po
eso eligiĂł las arenas de una playa casi desĂ©rtica. QuerĂa experimentar lo que se siente hacer el amor a la luz de las estre
scribir la belleza que tenĂa ante sus ojos.
azules con estrellas doradas, donde reposaba una hermosa mesa ratona transparente y a cada lado unos almohadones plateados con varios pétalos de rosas rojas so
pregunto con un brillo en s
. – respondió tomando su mano y besándola, para lu
s en mĂ, que mires desde lo más alto del cielo cuanto llenas mi alma, cuanto es lo que te amo. No puedo darte un universo de galaxias ent
la comodidad del almohadĂłn mientras bebĂan una copa de vino. Él realmente se sentĂa enamorado de ella y tenĂan planes
o podĂa creer lo q
ndole un "Por favor" y ella solo tuvo que asentir con su cabeza al mismo
tes de que él la besara. – nunca me harás
luyĂł para poder cerrar es
brupta y aunque pudo evitar el choque de frente con aquel auto,
ban a al lugar lograron despertarlo ÂżCuánto habĂa pasado? Âżdiez minutos? Âż
cuando logra correr el cabello de su ro
indaga curioso un
o de un intento de suicidio y justamente en el dĂa
nimarla y para su suerte y a diferencia de la otra vez, inmediatamente recobro
jo muy despacio que ape
lĂnica para que le hagan una resonancia y descartar posibles sangrados internos. – indica el jefe de ambulancia y sus sĂşbditos acatan sus Ăłrdenes. – tranq
nsĂł, incluso antes de saber quĂ© habĂa sucedido, era que habĂa intentado quitarse la vida de nuevo, pero para su ca
a viva voz y con lá
– dijo seria rec
sin pensarlo al sentir la
ada sin esperarse lo que ella tenĂa para decir a continuaciĂłn. – ojalá ese accidente
os mĂ©dicos porque querĂa acabar con su vida por culpa de la traidora de su hermana y el canalla de su esposo. Y aunque comprendĂa el dolor p
se lejos de ella. - ¡estoy harta que te sigas revictimizándote! – habla ca
– dijo ella dán
ntiendo que te sientas dolida porque el amor de tu vida, con quien soñabas miles de cosas te ha decepcionado y te ha dejado por Aymee, y aunque entienda el dolor que sufres por la perdida de tu hijo y quizás no llegue a comprender ese dolor
abĂan hecho, sĂ que llorara todo lo que necesitaba llorar y saliera a pelearle a la vida. No
ue hoy crees es cruel, mañana entenderás el por qué te lo he dicho. –
desde la seccional para informar lo del accidente y que Atiles estaba demorado. – Bruno. – i
abuelo y aunque tenĂa muy buena relaciĂłn con Ă©l,
en el accidente hubo heridos, en este paĂs la corrupciĂłn va de la mano con el dinero y como la familia Atiles nadaba en mucha plata no le fue di
erido ha sido de gravedad. – dijo creyendo que eso le im
a, a la casa que compartĂa con Umma pero no querĂa verla, sentĂa que si sus ojos se enc
mañana? – y al ver que a penas sà lo miraba dio por hecho que ya se en
édulo. - ¿qué acabas de decir?
e, dándose un beso, solo que ella intento seducirlo para comprar su silencio y aunque Ă©ste le hizo creer que lo habĂa logrado, la realidad es que
os inescrupulosos y sin alma llevan mi propia sangre? – preguntó incrédulo, pero
mejor contártelo, Âżme hubieras creĂdo? La verdad es que no. SĂ© que te duele, pero me alegra saber que ha
zme reĂr de la familia y no querĂa saber nada con nadie, ni con la casa, ni con Umma, ni con
ue podĂa ser, pero tenĂa razĂłn, el trabajo lo ayudarĂa a no pensar en todo lo que le han he
de ciento ochenta grados y posicionándolo en el ini