era feliz. Por supuesto, la abundancia en su vida era tan solo material. Sí, su papá la quería, pero nunca había sido capaz de
boda no era lo que esperó toda la vida. Anhelaba estar en el altar al lad
te era que debido a cómo estaban las cosas con Alec nunca tendrían nada serio y ella no podía considerar el casarse con otro
ra lo mejor sí consideraba la vida de mierda que llevaba junto a su madre. El engaño le permitiría irse de casa y eso era
idad de su abuelo estaba en juego. Él se avergonzaría de estar mal, pues él
su abuelo no aprobaba al novio. ¡Vaya lío! Esp
lo que parecía, aunque engañaban a todos verse a sí misma vestida así la ponía triste. Nadie pod
e austera. Una cama, un tocador y su escritorio. Nada extravagan
. mucho menos a Emily, para ella su hija era una simplona. Siempre supo
e dedicó a sobrevivir. Dejando eso aparte Emily observaba su celular, se sentía nerviosa pues quería... necesitaba hacer e
s y ahí estaba... esa voz
a, A
u llamada! Tenemos ya
... - sonaba tan tensa que era i
l pasado ya no evitarán que estemos juntos. De
?... ¿Lo
de estar juntos, ahora? ¿Y qué demo
ada nos se
hace unos meses...? ¡Dios!,
o grandiosas noticias, luego me explic
noticias. Verás, hoy
anuncio fue eterno para Emi,
c, est
s? Emi, regreso pronto al país, t
e ha pedido que nos casemos y la verdad es que mi
ue conoces hace meses? Tú me am
óla
nstato un hecho.
ec, solo porque te
dultos, Emi. Tú no
o.
iempre. Puedo sentirte desd
ncia, ¿pero eso de que me sirvió? Te amé... te amo... sí, ¡qué más da que te lo confirme! Pero nunca
les ho
le
PUTA. VEZ. DE. QUÉ. H
io o no? No hablamos hace mucho tiempo. A menos que mi abu
e arrancaré la garganta por ponerte una mano encima. Dímelo po
garganta? Usas pa
Alec?, pensaba Emily. Jamá
adre es dueño de una em
si es gay! Maldito Lupino