gocios de su padre Lionel Roux Leclair, propietario de los reconocidos hoteles Luxor e Imperial, de los famosos restaurantes La Gioconda y Terra Nostra y de los exclusivos bares Fénix y La estación; a
rocirujanos de Francia; había dejado de lado su profesión después de perder un
a, pero Johan no se sorprendió, sabía que era la prueba para demostrar que una mujer no era la adecuada para él porque jamás diferenciaría entre su hermano y él – Eric, papá llegara en una hora, tenemos que esperarlo en el estudio – aquella mujer se sentó de golpe en la cama cubriéndose
era para ti – murmuro Eric y Johan no volteo la mirada hacia su hermano – me alegra mucho verlos muchachos – escuch
elo para que sus únicos nietos hereden o repartirá sus bienes en vida a quien él decida – Johan se levantó abruptamente – es absurdo, no nos puede poner ese tipo de condiciones – se sentía su enojo en la voz - tienen un año – concluyo Lionel – al misógino de mi hermano no lo veo con una novia, menos con esposa – bromeo Eric y Johan bajo la mirada - ¿es todo? – pregunto Johan, Lionel asintió con la cabez
con un pequeño cubículo donde debían quitarse los zapatos quienes entraran allí y ponerse unas pantuflas que estaban cubiertas por un plástico y eran debidamente desinfectadas en cada uso; el estudio estaba a la izquierda y a la derecha una amplia sala d
solo para él y con una ducha, para poder lavarse tan pronto terminaba con sus rutina
a, su ama de llaves, en quien Johan confiaba ciegamente y la segunda más joven de entera confianza de su ama de llave; nadie
tada por el pánico, pero Luka puso seguro a las puertas al ver dos hombres acercarse – dame la cartera de ella – ordeno Luka a Johan y él negó frenéticamente con la cabeza - ¡maldición o me alcanzas el bolso de ella o voy y la subo en tus piernas! – grito Luka y Johan sabía que era capaz de hacerlo, por lo que prefirió obedecerlo y con su pañuelo tomo aquel pequeño bolso con dos dedos y se lo extendió a su amigo – es nuestra prima, no está bien y debemos llevarla a casa – se escuchó a uno de los h
idiota – regaño Luka deteniendo el vehículo y se bajó en dirección hacia la joven – la llevaremos a
– es una clínica, todo está limpio por aquí ¿verdad? – pregunto Johan y Luka lo miro
anzando miradas esporádicas a aquella joven en la camilla – después te llamo si te necesito – Termino la llamada - no era ella, no puede ser – se sentía la frustración y enojo, miro a Johan inclinar la cabeza hacia un lado mientras le dedicaba una tierna mi
o de negación, pero Luka tenía otros planes y tomo del brazo a su amigo llevándolo hacia la habitación de Tessa; ella aún estaba dormida, Johan no pudo evitar sentir cierta ternura al verla, trago saliva y se quedó estático lejos de la cama – ya regreso, debo hacer una llamada – se
r en ese bar de noche, pero ella nunca escucha – escucho regañar uno de los jóvenes
regunto el mayor de los jóvenes – Soy Luka, él es el señor Johan Roux Morin, esta joven subió a nuestro auto pidiendo ayuda y l