, una chaqueta negra y unos jeans ajustados; destacaba entre la multitud por su elegancia y la frialdad que emanaba de su aura
los de admiración y asombro. Sin embargo, Camila Román no estaba interesada en ninguna de esas personas, la única persona que tenía en mente era Santiago Salcedo su prometido desde los trece
es que podría tener, una sonrisa se formó en su rostro. De repente sintió que alguien le jalaba de su mang
do contener su alegría y salió corriendo a saludarla. "Po
o y contesto, "Yo también me moría d
solo tiene
que seas mi he
os veo actuar así, recuerden que yo soy hija única" dijo Natali
rgio y procedió a hacer una reverencia ante
ellos, desbloqueo las puertas para que Camila y Natalia se subieran, mientras él guardaba las maletas en el maletero, se subió
cios y las diferentes tiendas que no había visitado durante todo un año, en su cabeza se preguntaba q
auto preguntando, "a donde quieres ir
ila volteo a ver a Natalia
ona y después de un minuto respondió, "Está todo list
a Sergio que la llevará a Salcedo Group
e Sergio y Natalia, e ingresó con sus emociones a flor de piel, caminó hacia la recepció
arriba a abajo. Verifico el sistema, y le informó que su paquete se encontraba en el almacén. Camila se dio cuenta de la a
un empleado le indicó que su paquete había llegado pero que todos estaban ocup
ra porque hacía mucho no había visitado la oficina, si ella no recordaba mal anteriormente todo el personal le sonreía y la ayudaban con
reloj, luego de meditarlo por un segundo salió corriendo hacia el ascensor, ya que de acuerdo a lo que había hablado con la sec
rápidamente hasta el puesto de la secretaria para confirmar que la oficina estuviera sola
un moño, sacó las tarjetas y cartas de amor que había preparado y las esparció por todo el escritorio, acomodo las velas
uro con Santiago, cómo sería su ceremonia de bodas, cómo serian sus hijos,
a a punto de empujar la puerta, escuchó unos ruidos extraños seguidos de gemidos, los cuales la dejaron helada, rezo en su interior para que fue
lir del armario para interrumpir a las dos personas que habían ingresado a la oficina, antes de que la situación fuera mucho m