*
a su hermano por el bosque esquivando los árboles con dificultad sobre el terre
. Aún no habían salido de la conmoción de ver las condiciones en que estaba la antigua reina cuando volviendo a su cuarto habían visto a su hermano mayor y primogénito de los cinco. Rodrigo.
ían terminado la frase y los había dejado con la palabra en la boca desapareciendo por el pasillo ignorándolos. Entonces cinco soldados arremeti
nada a Nicolás o a Catalina. Tenían que salir de allí y pedir ayuda a la única
manada de plata cuando tres lobos habían saltado sobre su esp
*
aspecto desgastado y marcadas ojeras de bajo de sus ojos. El alfa le hizo se
rtantes para usted, no va
spa
*
aba estar al lado de aquella mujer desde que habían estado delante de aquella puerta. Su lobo interior se sentía intranquilo, queriendo volver a esas catacumbas y arañar la puerta hasta poder atravesarla y sabía que su hermano menor se sentía i
ron alerta y levantaron la mirada pa
se cómodos- Hades se sentó en el sofá delante de ellos y cruzó
han querido consumir n
respuesta
sa. Ya tenía toda su atención- Mandé a uno de mis hombres de confianza a infiltrarse en su manada y vaya sorpr
. Solo habían pasado dos días y aquel lobo estaba in
dos. De paso me dijo que le
itó el sobre y leyó el papel estrujado con la letra de su
¿qué les
abía hecho movimientos para lazarse con el resto de los miembros de la manada. Nicolás, les pedía que hicieran lo que estuviera en sus manos para ayudar al alfa, que depositaran
os últimos detalles para el supuesto golp
soltando un suspiro, relajándose después de días de tensió
en el sofá- Nunca dije
abían que en la vida las cosas
tendré que convencer al Consejo y además no recibir nada a
lgo lógico. Si un alfa retaba a otro y ga
pero no es
ue más querían, no podían dar má
nica omega pura de sus lobos- los chicos asistieron t