n el rio, precisamente hoy tengo que ver a esta chica caminando en tacones. Pienso en mis adent
ta años puedo notar que a esta señora más allá de mi imaginación, le gusta llamar
ndo para qué si a esta señora se
de queda la Hacienda del Río- c
en aquella hacienda,
a, es señorita y soy muy joven
pregunta, señor
lugar y quiero ir a ver
va dueña? La Hacienda del Río nunca ha estado a la venta
á o sigo mi camino y lo descubro yo misma. No tengo
acostumbrada a tratar a la gente con
ndo como loca diciendo ser dueña de un lugar que no le pertenece, yo soy Fernando del Río, herede
orque al parecer la vendió sin avisar
sus tacones entre las
así mismo pue' recoja sus tacones y largo d
e voltea a ver p
muy grosero, grac
l respeto. Lo que faltaba, que una loca ahora venga a creerse dueña de la hacienda
soy el único heredero de esa propiedad, durante años el mayo
nos de mi madre, Eva del Río cocina el mejor pescado en todo el pueblo de Valiente, además de ser la señora más amable de e
r, no es fácil encontrar al amor. A mis hermanos y a mí nos criaron con muchos va
lia por lo que mis hermanos Isabel y
aré y tendré hijos, el mayor me
escucharla me puso de mala sangre. Si va donde mi madre con esa hi
veo que también va la señorita que estaba en río, no entiendo qu
podría ni subirse. Ya en casa después de la cabalgata sólo pienso que si la señorit
a puerta del frente que da lugar a la sala y me dirijo a la cocina. Mi mad
¿Cómo te ha ido hoy? Veo q
tacones traté de ser buena gente pero ella con sus aires de superioridad insistió en ser la dueña de esta hacienda. Además ¡Quién anda en tacones cruzando por dónde hay un camino de piedras! Una persona como ella, aparente
ás cortes, yo no te eduqué así y con las mujeres
ónde está nuestra hacienda y cuando le contesto que esta equivocada, s
ra diría que esa señora
se su nombre ni m