eles y té para Olivia, después de servirle el té, ella le dijo que se ma
mesa no se parecían en
r una dama; su padre pasaba todo el día trabajando con los pocos empleados que aún les quedaban y su madre después de caer en
que había quedado en la mansión, todas las demás habían tenido que irse po
orqué no tenían ningún otro lugar al cual regresar y dijeron que preferían quedarse a cambio de comida y un techo, su padre había ve
debido a una plaga que había azotado sus tierras, po
ozo de una tarta de
a recibido una gran suma de dinero,
a llamar para la hora de la cena y cuando bajó al comedor ella estaba sumamente nerviosa porque pensó que por fin conocería al tem
uerpo se relajaba cuando se
llos los cuales lucían sumamente deliciosos, al ver toda aqu
tantos cubiertos que se sintió abru
lo que ella estaba haciendo se quedó estupefacto y le dio una mirada de desaprobación sin
oso que había comido en su vida, la carne era suave, delici
agradable brisa le revolvió el cabello, a la luz de la luna el jardín se veía hermoso, después de caminar un rato ella regresó a su habitación,
és de bañarse, las sirvientas le pusieron un hermoso camisón lila que ella no tenía la menor idea de donde lo habían sacado porque estaba completamente segura que n
ado las sirvientas aquel camisón, ya que su familia estaba en la ruina y ella nu
que el duque llegará pero él nunca a
un voluminoso e incómodo vestido azul con volantes blancos alrededor de la falda, ella odiaba tener que
lorero al pasar al lado de él y estuvo a punto d
conocer al duque quien la estaba esperan
abía casado se quedó con la boca abierta, y pensó que sin duda alguna los rumores que corrían sobre la be
como que ella c
os cuales hacían imposible apartar la mirada de él, tenía el cabello negro como una noche sin estrellas, su piel
an temible algunas mujeres soñaban estar au
n él, ya que tenían mucho miedo de molestar de algu
había hecho enfadar y él había matado a cada m
ivia que se sentará ya que ella pa
siéntese
ucharlo se so
a..
te al duque y no sabía que podía decir, sin embargo él sólo le había dado una mirada rápida cuando había llegado y no había dicho
ara los distintos platos que habían, él comía con gracia y refinam
la no estaba probando
da no es d
y un poco asusta
la comida lu
¿Por qué
za sumamente avergo
ales en la mesa no sean grat
cuchar eso le
er como desees eso
sumamente feliz y pensó que quizá el duqu
gracias m
ediatamente empezó a comer, al
stá de
ue se le quedó viendo por un momento y lu
terminar se levantó y se fue a dar un paseo por el jardín, el cual era aún más hermoso durante el día aunque le hacía falta un poco de color, en
ndido y ella no tenía ganas de estar encerrada en casa, con e
sentir tranquila y relajada, cuando ella vivía con sus padres nunca había podido disfrutar de su tiempo libre ya que siempre