ce mil años. Había hermosos azulejos vidriados y exquisitos pasillos
rio, y en cuanto empezó a cantar una canción de amor, todos los presentes qued
ro le llevó la carta de vino. Tras echarle un rápido vistazo, el
aban, aunque no solo querían beber con ella. Sin embargo, ella le
", le dijo el camarero con una sonrisa y luego colocó una
ar, ella vio a un hombre sentado junto a la ven
camisa estaban desabrochados, lo que dejaba al descubierto su esculpido pecho. Su cabello estaba desordena
puntiaguda, labios finos ligeramente separados y un leve hoyuelo en una mejilla que aparecía cuando sonreí
ver que sus pestañas eran largas y gruesa
ella, quien respondió con una sonrisa halagadora y luego agarró la copa de vino qu
a ella y colocó su mano grasienta en su regazo, acariciándo
encima", respondió
ba ante sus ojos, y el olor a alcohol de su aliento era t
lo que hacía evidente que no qu
esta mujer no quie
es lascivos, que eructaban y reían
. Mientras les dé un poco de dinero, me dejarán jugar con ellas en la cama y me rogarán que me las coja". El tono de este era a
e allí un momento más, se levantó rá
hasta siete veces en una sola noche. Te vas a sentir muy feliz y satisfecha.
a. Algunos incluso hasta trataron de besarla. La chica se sentía como un cordero a punto d
mesa, y el camarero no pareció para nada sorprendido.
aquellos hombres, no consiguió deshacerse de ellos. Es más
pirar profundamente, tratando de calmarse par
sexi y magnética de un hombre se pudo oír detrás de la chica. H
mientras se apoyaba despreocupadamente en el
copa y caminó h
e aléjate! ¿Cómo te atreves a reclamar a la m
es se pusieron alerta, como si
do por completo al grupo, y golpeaba rítmica
to hombres como mujeres, ¿qué tal si nos divertimos
temblar de repente. De hecho, todo su cuerpo temblaba también. Al momento siguient
n embargo, el hombre que había acudido a re
a de curiosidad, el
uó detrás de Ray y le apretó un objeto duro contra
lanzó una mirada al apuesto hombre que e
parecía haber entendido lo que ella quería preguntar, por lo
de hombros y perma
qué no meterte en eso entonces?", le preguntó el apuesto
ió sonriendo. No obstante, había una frialdad
ie detrás de este, mantuvo su postu
tado. Durante todo el tiempo, el hombre de
ronunciar palabra alguna. Había sido muy arrogant
ras caía débilmente al suelo, ar
". Antes de que el hombre pudiera decir nada, Ray sa