RA SE
l noticiero de las mañanas a la espera de algún suceso extraño en la ciudad. Las noticias habl
cohibidos. Sonya, la muchacha fue consciente de ello desde que abrió los ojos al despertar, sin embargo su madre le re
ol remoto y fijó su vista en su cerea
regañadientes. Con ese clima
echa iba comiendo de lo más tranquila respondiendo los mensajes que tenía. Al parecer el grupo de amigos al cual pertenecía poseían grandes
ino era muy probable verse entre l
lo que era la movilidad diaria, una b
o? -preguntó Maggy, amiga suya, logrando que se distraig
s, siempre trataba de enfoca
de reproche y pros
ón, luego me cuentas
a olvidar -se e
o de sus labios al es
a en la sangre, pensaba. Y era cierto, su amiga por mucho que la apre
de traducir un ensayo, pero Maggy, la adorable rubia llevaba más pris
cuchicheaba sin descanso -se es
der callarse y Sonya adquiría grandes pro
tu nombre al en
temperamento so
*
dre-. Las iglesias se están reuniendo todos los días desde temprano, los pastores hacen asambleas co
uenta que ella iba a diario a la iglesia por las noches, aunque al llegar a la habitación donde dormía caía co
do? -inquirió, rest
, ya iban a cumplirse doscientos años desde
blanco-. Nadie va a regresar de la tumba, los muertos vivientes no existen y si en caso existi
echas rojas, Paola, estaba un poco a la d
ar los ojos, se limitó a sobarse el ro
los dramas innecesarios
vuelva, no va a
sus cachetes en tanto le lan
una bruja -comentó, intentan
corrigió-, simplemente
a, ya no e
ndo embarazada-. El espanto p
ital de bebés
gatitos, luego los
aumentar a su larga lista los an
iz sintiendo
centenar de estudi
-debatió, o algo así cr
d, absurdo o no, a hacerl
resign
a estab
rlo claro. Alzó su celular por enci
a una pareja
e buscaban información sobre la tipa,
a muerta, enterr
ente se sorprendía o asustaba por algo, pero en el fondo
nta y dos
e se recató cuando
medio día y prosiguió a recoger
dicho por su madre y se marchó a paso apresurado dand
*
na composición más de su sangre. ¿Quién e
e culpable al sentir aquello. Su madre le había enseñado que ello era e
entó a Adán y entonces
respiraba curios
e silenciosa, por último ni las
rrir. Vio la hora en su reloj de mano y rápidamente se aferró a su b
ba a quien se le pusiese enfrente, con
taba en la cocina, pasó por una pequeña aula donde su amigo Erasmo dictaba charlas para quienes iban a bautiz
su atención y quedó esper
*
lemente era rutina, que nada malo estaba sucediendo y que no debía dejarse llevar por paranoias absurdas, repitió lo mismo
esús su s
dría, simplemente fue directo a su casa. Su día
*
es de lo acordado en su hogar, la chica y su madre ni se inmutaron, so
a eran un grupo líder en la iglesia, se encargaban de integrar
omo los viesen, cualquiera pensaría que aquellos
e Dios, Maggy ya no poseía lo que una buena mujer debía conservar, y Paola estaba igual o peor qu
idos todos a excepción d
un deje de excitación se le n
a, pero estaba igual o
de la mesa una mano rodeo la suya mostrándole su ap
e sucediese una cosa así tal como lo tenían pre
, es claro que todo lo dicho fue para crear miedo, paranoia en los habitant
e la muerta desde la esquina de la mesa donde todos comían-. Estaban a punto
José! Sonya no pro
exaltarse con las oc
le gustaba ver esas re
nte. Automáticamente todos sus amigos la imitaron-. El ser conducida hacia la guillotina por los padres, desnuda, hu
había evitado saber de las tragedias
lo tan ajeno al asunto. L
ió? -inquirió Maggy
atinó a negar
ndo un gesto con su mano rozándole el cuello, no decoraba sus palabras, lo decía ta
los se pusieron en punta al percibir lo que se avecinaba,
a muchacha-, se dio el tiempo aún de amenazar: Dos siglos de t