que don Aquino me encargó para que le compre. Por suerte el Maxi está abierto hasta
o lo que precisaba, pero hice malabares para que me saliera menos.
, ¿cóm
iempre va a la vicaría con su nietita y vive al lad
n dos colitas y chuleta de cualquier b
s tiempo, pero vo vitequetá poniéndose oscuro y corre ese vientito de l
, vaya
y se pierden entre la gente que sale y e
o vienen del centro con bolsas del súper al que fueron. Sigo por la vereda tratando de acorda
es de meterme a la cama. Mis papás también anduvieron en la cocina temprano en la madrugada porque el calor los
nos de la Costanera, ayudándoles con algunos arreglos en sus casas, jugando al truco, sa
os que no está más; y ahora es como una mini zona comercial, me doy cuenta de que tomé la calle que va por frente de la casa de León. Se supone que de
brá hec
sabrá lo
ace rato que Ángel debía dejar a alguien como León, pero supongo que como son amigos desde hace bastante él ya sabía dónde se metía y tenía la confianza de que podría l
al abrirlo, es más fuerte y de lejos se escuchan ecos de los truenos. No quiero andar en esta combinación de
o después él los deja y se mete dentro de la casa. En ese momento a solas, Ángel abraza a León que, después de unos segundos, le da un beso. Casi tiro las bolsas al ver semejante cosa. Hay do
vez en el curso, nada más que ahora no me parece un chico simpático con pelo color flor de durazno. Sus ojos se agrandan más que su boca, pero no hay nada que pu
es engaño, ya es ponerle los cuernos a alguien que no lo merece. Tal vez debí ponerme las pilas también con ese asunto. Estuve dejándolo todo en manos
Aquino se hace más corto. Cuando llego tengo que olvidarme de todo y tratar de poner una sonrisa sincera. Respiro hondo, toco el timbre de la casa, y espero.
rillo en la mirada rodeada de surcos y
dé? Hasta le encont
quino me deja pasar-. ¿Ha
stá un poqu
¿qué
n muy seguido- ordenó mejor las cosas de la casa y movió algunos muebles para que entre más luz. Dejo las bolsas en la mesita de la cocina. Don Aquino llega arr
Opera que encontré en oferta. Ahoga una
te aco
metí en el canasto-.
n sus nietos. A mí me alegra ver la sonrisa y emoción en su cara cada vez que habla de alguna hazañ
cuando termino de leerle el tique
Guárdeselo
gar
no volverle a restablecer el humor; pero algunos días tengo que hacerlo de todos modos. Ya me ha tocado tener
esta vez. ¿Va a poder
niega con
edir que me ayude. Vo andá num
go de la casa subo la capucha de mi buzo porque está comenzando a gotear. En el puente casi empiezo a tiritar por el viento que
as siento lo calentito que está en m
otebook y me sonríe un rato, p
llegás a refriarte no andés chillando desp
A las doce ya estábamos a treintaicinco grados, pero
ue pasando algunas
no está
ué pasa?
decís? Qué se yo, por ahí viste que alguien le robab
él estaba tomando. Como parece más mate la
roblemas. No es bueno andar de metido, pero si a un amigo tuyo le
ota que estuvo toda la tarde con sus estudios, mira los libros sobre
va el e
e quede ha
zando hasta dormido por conseguir ese título en seguridad, higiene y medio ambiente en el trabaj
¡Qué frío s
cosas mojadas las cuelga en un perchero cerca de la pueta. Me sonríe apenas se
edándose un rato al lado del p
ue uno de sus brazos envu
és que dormir con una frazadita porque me
á en su cintura-. Hago una jarra de café y te dejo algunos
chete al papá, pone su saco sobre
dés desabrig
mirada antes cansada de repente es suave. Parece que la vida le pesa menos. Sonrío también, levantándome para acomodar las cosas que quedaron en la mesa. Dejo la
ocina. Al darme vuelta para volver por donde vine, miro unos segundos la foto del casamiento que mis papás tienen en la pared de su pieza. Siempre
or qué apañar las tonteras de alguien
vez de prestar atención a las actitudes y las advertencias de Ángel sobre León. Él una vez dijo que hago bien en no seguirle la corriente a su no
cómplice co