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con un papel de despido en la mano, me rascaba la cabeza preguntándome cómo
odÃan ayudar, pero de repente alguien cayó del edificio, del piso más alto de aquel lugar; como buenos curiosos ciudadanos nos acercamos para ayudar, algunos
o.- Dijo él
e era imposible sobrevivir
tado; sin apenas darnos cuenta se levantó como de una satis
perarse salieron cor
qu
llà era u
rto viv
endo que en estos momentos no se consideraba robo, corrà con todas mis fuerzas hacia el pequeño y le pegué a esa cosa en la cara, según mi conocimiento por las p
alguien, esta chic
miró y señaló su barriga; tenÃa una mordida, llegué tarde,
as posible con una sola mano le lancé la pala, corrà con el niño en brazos, en cualquier momento podrÃa convertirse y morderme, lo llevé al parque, lo dejé en un columpio y
debÃa llegar, debÃa llegar al colegio para recoger a mi hermana, no debÃa, tenÃa que llegar, el colegi
squé rápidamente un t
o, asà que me monté en la milagrosa moto, la encendà y yendo por la acera lo más rápido que pude, esquivando todo casi le paso por encima a
ios jadeando nada más toca
stra con voz calmada y manos cruzadas sin
well.- Dije respirando con dificultad y desesperadame
or favor, en un mom
o Aftil caÃa lentamente, policÃas, muertos ¿muertos vivo
su precioso cabello medio rojizo suelto y sus bri
ra opaca por encima de mi hombro; detrás de mà estaba uno de esos mue
rmana la abracé fuerte y le dije: -Vamos a estar bien.- Ella asintió sin decir una palabra, la cargué en mis b
iente sin parar y me da las llaves con las manos temblando. -Súbete y sube algunos niños contigo.- Ella corre hacÃa
aprovechando que estamos en el patio de juegos le d
etando mi pierna en lo que yo conducÃa a toda velocidad
calmó y hasta sonrÃo, fue con la profesora y los demás, tomé la mano de mi
do hay un lu
*
e ocurrió preguntar pa
Contesta la
uestioné alar
e. Siete, somos siete c
, como si fuera el primer dÃa de cole
s de once años, menor que mi hermana quizás,
squina con un inhalador en la mano, lentes y ca
reÃdo con dulzura ante mi consuelo, ojos llamativos dorado
e acá, el tÃpico que muere primero en las pelÃculas de ter
abriela- Agreg
es Verónica ¿y e
lamo
uno sabe de un lugar lejano que p
hay una base milita
ubiera aportado nada importante. -Pero, podemos pasar por allÃ.- En s
ina queda?- Pr
y todos incluyéndome
tó Estela s
Mike apoyándose en el
ozco un
s.- Agredió M
chicos, déje
tá un hospital reforzado y justo a unas cuadras también hay un pequeñ
entes tu vida.
ado, bien, manos a la obr
esalta Gaby alzando su lonchera, todos si
necesitar.- Les hablé m
ba el loco de la ciudad?-
s creÃamos.- Todos me miraron con preocupa
habÃa ni el ruido de una mosca, el único sonido que se percataba era el del viento, el vien
o de los asientos delanteros y Daniel en los últimos en una esquina miran
unos minutos se encontra