onrisa seductora de siempre. Entré lentamente y cerré la puerta detrás de mí. Luego
to D
mismo tiempo sus ojos grises transmitían cierta calma. Me estaba mirando fijamente, pero sin ninguna emoción. Tenía la mandíbula tan perfilada que estoy segura de que me habría
ido. Perpleja, parpadeé un par de veces y luego me concent
ridad mientras me acercaba. La suave
para él. Así, me quedé parada frente a él, sintiéndome inti
emidesnuda le haga un baile privado", comenté, instándolo a levantar la mirada
iera hacerme sentir mal, podía palpar sus intenciones. En un segundo, el odio empezó a fluir por mis venas, así que me encogí de ho
bailando. "Odio este trabajo tanto como te odio a ti", dije mientras m
señalaba mi cuerpo encima del suyo. Entonces me paré y le a
tras dejaba caer mis nalgas entre sus musl
inero", replicó él con un mohín. Al escuch
iera alternativa", le aclaré. Pero él solo se bu
suficientemente buena en esto", añadió mientras se señalaba los pantalones. Ya había tenido s
arle una bofetada a esa carita sensual. "Tal vez deberías ir a un club de strippers hombres, apuesto a que allí si encontrarías el placer que buscas", me burlé antes
empujó y me pegó contra la puerta; lo tenía tan cerca que podía sentir su aliento en mi cara. Realmente tuve que contenerme para no estremecerme y no de disg
que, si los abría, dejaría ver mi lujuria. Seguidamente
mplé ese mar gris que dominaba su mirada. "No soy gay,
mano y me soltó una sonrisa... Y no, no una juguetona, sino una sonrisa peligrosa. Acto seguido, hundió la
ó. Yo me quedé callada mientras él me
ar su cara contra mi cuello y dejó escapar el aliento que estaba conteniendo. Eso se sintió bien, jodidamente bien. Luego, cuando sus labios hicieron contacto con mi piel, tuve que morderme la lengua para no d
alzaba. Mis piernas se envolvieron instintivamente alrededor de su torso y, con una mano, me agarró por el cuello mientras que, con la otra, aguantaba mi cuerpo. Abrumada de placer, le rodeé el cuello y me apreté contra su rostro, deseando más de él. Suavemente él me pellizcó la piel y me hizo gemir de nuevo, enton
ces solo me lo estaba demostrando?', me
dí cuando vi su erección. Con eso, agarré mi coleta rápidamente y me fui
os acababa
ante, extraño y molesto, pero aun así tenía algo que me atrapaba. Casi corriendo, regresé a mi camerino, tratando de no pensar en ese b
ó?", preguntó, haciéndome revirar los ojos. "Sigue poniendo los ojos en blanco, tal vez un día de estos t
s?", preguntó Rose y un grito ahogad
lo que yo asentí. "¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué?
me que no es gay", les confe
guntó Dean,
risa avergonzada. Los ojos de Dean
apretaba el abdomen. "¿No fue grosero contigo?", siguió p
Él asintió y se encogió de hombros. "Me llamó puta y
ose a mi lado. Yo le asentí con org
n con orgullo. Yo me reí entre dientes y le pe
dije. Dean asintió y am
cios", preguntó Dean antes de marcharse. Al ver bien su rostro, me d
dije mientras cruzaba los brazos sobre mi pecho. "Ahora puedes irte", añadí. Dean quizá
de este lugar! Solo como amigos", insistió mientras me miraba con s
llámala". Ya las cosas eran lo suficientemente duras para
prometido", declaró con orgullo. Sin poder ocu
aquí entonces?", preg
de soltería", confesó mientras rodaba los ojos. Yo le asentí, pero aun así me negué a darle mi nú
olo quiero cambiarme y regresar a casa". Dean dejó es
rtido", comentó Rose mientr
nmaduro para ser alguien que está a punto de c
na?", inquirió ella. Luego el silencio se cernió sob
cosas en mi morral. Acto seguido, agarré las llaves del auto y Rose se levantó del sofá para sal
e Alena si no vas", comentó
sar en eso", murmuré, al tiemp