do te duela el alma, co
*
es- Col
Momposina.
deaban su casa. Liberó un largo suspiro rememorando la celebración que realizaba su e
por el joven al aeropuerto no aparecía. Presionó sus labios y bajó al gran salón de la casa y cuando se dirigía a la cocina
vó aquella fría y solitaria casa que se asemejaba a su alma atorment
tardes -
a a abrazarlo, pero el joven ni
, ¿Cómo est
reunión -espetó resoplando-, por cierto... ¿Tu hijo favorito, ya
tó con seriedad, n
sa Fernanda -comentó con la voz fragme
para una misa -rebatió. -¿Pen
porque Luisa Fernanda siempre te brindó cariño, espero que eso no lo hayas olvida
er, entonces su garganta se secó. Tomó su equipaje, y cuando giró se turbó al no saber a dónde dirigirse, no des
*
ne con Joaquín del aeropuerto? -inv
estaba preparando para recibir al joven
oaquín le pidió a mi hijo llevarlo
y vertió un poco de agua, bebió un sorbo del líquido i
*
do volumen en las bocinas del jeep que Jairo
e hacía un retrato. O, si él se moría primero le sacaba un son» -Entonó Jairo cantando con sentimiento mi
primero le sacaba un son...» -prosiguió el joven Duque haciendo
a comprar una botella de whisky del más caro, después de un par de minutos Jairo apareció con una bol
que te pongas a beber -comentó Ja
os enseguida destapó la botella y vertió el
ó con simpleza. -«Qué bonita es esta vida, y aunque no sea para siempre si la vivo con mi gente es bonita
n Rincón estacionó el jeep fre
eriguó Jairo al notar el sem
ando que el alcohol le daría las fuerzas
ue no la vis
culpa -menc
llenó de lágrimas, su pecho ardió y s
a estaría viva -murmur
everó Jairo-, vos no
Luego de unos minutos con el mismo vacío en su alma y el peso de la culpa caminó a paso lento hasta el mausoleo de su familia. Cuando llegó sus
llozando-. Te extraño tanto -aseveró con la
scucharla-, necesito que te liberes de esa culpa, que todos me dejen descansar en paz -mencionó con tristeza, intentó acercarse a
*
mposina- Maniz
entonces Miguel envuelto en esa misma soledad que lo acompañaba des
a irrumpió en la hacienda, al mirar por la ventana observó a su hijo menor bajar del jeep t
nó don Duque observando
-mencionó el joven-, estaba cel
servando a su hermano con rencor-. Sigue alcahueteando la vi
o vuelta y se encerró en su despacho, entonces t
la voz llena de amargura. -¿Qué hice
ste de ellos mi amor -mencionó Luisa, pero él tampoco podía escucharla-,
*
a sig
eña capilla de la hacie
despertar sobresaltado, enseguida miró la hor
sa -mu
casimir y una camisa en el mismo tono, miró sus enrojecidos
padre sentado en primera fila, su hermano mayor en la segunda. Varios
o, cayeron de sus ojos. El azulado mar de su mirada se transformó en una marea gris, tal como era su vida, desde el día que aquella tragedia ocurrió, entonces sin decir más se puso de pie, y salió a toda prisa del lugar. No podía
un error volver, por lo que caminó en dirección a la hacienda para preparar su equipaje, pero miró un jeep, solicitó las llaves, y se marchó
*
a- Ec
a des
pasó a la sala de abordaje del aeropuerto Mariscal Lamar, tomó asient
en Bogotá, sin embargo, no tenía prisa por llegar a Estados Unidos, al contrario, le encantaba comprar c
aquel avión. Las piernas le temblaron y no supo por qué razón, sabía bien que viajar en un aeroplano era más seguro que hacerlo por tierra,
*
iña de largo cabello claro perfiló en sus labios una amplia sonrisa, y su mirada ace
-cuestionó con
spondió la peque
tigó la señora, y s
uaderno de dibujo, y se lo mostró, entonces
príncipes? -inve
on como los de los cuentos, ni llegan en caballo, y tampoco debo esper
la observó con i
ú la que rescataras a
par en par, y una amplia son
ré a los dragones y brujas por defenderlo -aseveró tomand
encillo librar todo lo que mantiene encarcelado a ese príncipe -mencionó con la
Cuál es su reino? -inquirió
mujer se inund
razas de madera -mencionó-, pero está muy solo, triste, y yo no puedo ayudarlo, no obsta
*
Dorado- Bogo
s cafeteras, abrió sus ojos y una extraña sensación percibió en su pecho,
escatar
s dedos a los labios
ogando. -¿Será que necesito
*
rutando de esta historia, no olviden dejar sus reseñas. ¿Qué les parece todo l