días -
de se encuentran mis
-responden
las sillas, y me acomod
eo que debería utilizar una de esas pastillas para conciliar el sueño, de lo contrario me vol
Alargo la mano y tomo un
, me parece que iban al
on las seis -aclaro, eso para mí sigue siendo horas de la
-menciona Sara, mi herm
como si el fuera a saberlo. Para aquel entonces el
o estamos- tienen que ir a trabajar, y tú señorita -ahora se dirige a mi hermana- tienes que ir
sí que ni te quejes -suprimo una carcajada llevándome a la boca la taza con chocolate caliente- ¿Y tú de
e encuentra sobre una mesita adornada con una jarrón de flores, que por cierto, había hec
lo visto es bastante importante– que ha vuelto luego
ne novia? -me dice d
on siquiera mirarla. Ese es un
ica, mientras recoge el último pan tostado que quedaba en la mesa. La miro
bia el canal del televisor- Si ni se a fijad
abrá quer
a un sorbo al choco
la ilusión era po
palmaditas en las espalda como si fuera niña. Siento como el chocolate c
me interroga ma
cabeza y mi her
saben? Yo siempre los he shippeado, me parecen una
, pero eso lo trae de nacimiento, ya no hay nada que hacer para estas altu
si no fuera creíble lo
o que puedo hacer es mirarlo con la
apoyes
ón, busco mi quepis, el único uniforme del taller, y lo encuentro tirado en el suelo, ¿yo lo dej
.
Ho
er, resuena la
ando una camioneta, y me fijo en un espejo, par
n el cabello largo y oscuro, que le llega hasta la cintura, sus ojos son de un azul cielo, casi podrían pasar por transparente
se qui
ci
lo sabe to
n lleva unos tacones de aguja, que yo ni en la otra vida podría utilizados, y
e atrás de la camioneta- Bienvenid
s tan patético, pero abuelo estaba tan enamorado que no
de mí para no parecer una maleducada. Mi humor
cabeza, sus ojos se enfocan en mi
os, como si
mi novio -demanda
e y vuelvo hacia la camioneta. En
te bu
un así puedo oír lo que dice la
minutos y Max no aparece, la chica ésta repasa con la vista to
la camioneta- No eres capaz de traerme una silla mientras espero, d
arqueo los labios
erd
de está ella pa
a y por si no te has dado cuenta esto -señalo con mi dedo índ
a -puntualiza de
uo, haciendo caso omiso a su parlote
ajas aquí
-pregunto, aunque es por pura ironía- ¿O t
inar hacia l
de una mujer que arregla au
o, mala imitación
prieto mis dedos formando un puño y cuando estoy por encajarlo en la car
qué s
a su barbie y
usa "Maurita", c
lo iba a darle su me
a súplica con los ojos, para que solo lo dejé es
esa cosa horrorosa y su insoportable voz, y p
o como, prácticament
endas de decirles que
ña indicando su ropa, la niña pija no quiere ensuciar su ves
Max seguir con el trabajo, sonrío complacida por ello. Maura hace un horrible mo
ada a esto -se excusa Max, apr
Acaso porque ella haya nacido en cuna de oro
nseño mi dedo del medio, de
r fa
asemeja a un perrito hambriento
por que tú me lo pides, porque y
leta, la reviso y verifico que
onversación-, es una chica de cuna de o
do cuenta -mascullo c
atrás. Deja un beso sonoro en mi mejilla y
rmura-. Dale una o
as, acaricio el dorso de su muñeca con
entaré
s, pero esta vez su beso
.
que aún nos queda. Max ha reparado un Ferrari y yo me he encargado de lavarlo y encerarlo, pero hast
nocer la marca, pero si me doy cuenta que el dueño está tirando su dinero a la basu
o, mientras se quita su camiseta y la utiliza
, pero se la vuelvo a lanzar al recibir de lleno el olor a mapach
pecho peludo q
l comentario me resulta súper machist
da de advertencia. Ruedo los
toda una ch
to para volver a mi trabajo de encerar, mientras que Max se di
a más tardar empezará el próximo mes -a
inscribirt
quedarme con el primer puesto y no con un miserable terc
su respuesta es señalada con su dedo número tres- No te quejes que
or -objeta y vu
ico? -pregunto como qu
tengo al
eresada y evito mirarlo- ¿Y
toman de la cintura-, creo que tú la conoces, su nombre
ríc
ndome cara a cara con él.
a, la m
golpe en
do su nomb
ice, saborean
, e
a que he conocido hasta hoy, ademá
pachándome más fuerte, pero lo suelto de inm
arte un bañ