o dé una tarea tan importante a l
burló con sarcasmo: "¡No creas que puedes tomar decisiones por tu cuenta
de repente recordó algo. Giró la cabeza y la mi
a desobediente, sino que también tenía el mi
por Dios pa
sus palabras, el corazón de Ce
rsonas estaban
el otro fue arrogante, bárbaro, vio
ioso que había v
. Miró a Celia con culpa y dijo: "Señorita Celia,
e dio el borrador y se
documentos sobre su escritorio, levantó su encantadora barbilla y
en su escritorio y volvió la ca
o de ellos necesitaba 100 copias!
vantó la cabeza y dijo con indiferencia: "Lo siento.
ó la cabeza y salió con grac
ojos y miró la hora de mala gana. Realmente n
sta tarde? ¡Humph! " Joana se dio
trado a Celia hace un momento, sonrió y dijo: "Est
do de copiar
Joana a la oficina, molestó
a a punto de refutar, de repente escuchó a algu
puso de pie y preguntó: "¿D
su dedo con desdén, salió de la oficina con
ina, Celia pensó que era mejor quedarse en
llí por un mes y no ser molestada
esto, se s
endió al verla
la de impresión, miró hacia atrá
mento, ent
" exclamó
resa". Hogan caminó con paso firme hacia su escritorio
ónde había
primero que entró
Al pensar en esto, el rost
ana bajó la car
rita
oana hizo un puchero con descontento, "¿Pero por qué
gan se ensombreció. Golpeó la mesa y dijo: "¡Como gerente de un gr
si el mayordomo poseyera su cuerpo, "Sí, sí. Es
con cuidado, preguntándose por
el pecho agitado. ¿Cómo podía decir que se p
preocupars
carla porque era dem
a aparecer en su mente. Un estallido de ira
se encogió de hombros y asintió.
presión, inmediatamente puso una mirada arrogante
ento. Ella no levantó la cabeza y dijo:
sus cosas sin prisa, Joana se apresu
documentos en sus manos estaban
e. ¡No he term
. ¿Por qué sigues aquí?" Joa
n? señor. Hogan incluso se atrev
blos quer
zgar por su rostro enojado en este
i siquiera la miró. Dijo en voz baja, "esta tarde, copia esta
s sobre la mesa. No leyó mucho, pe
que siguiera escribiendo