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Historia

Capítulo 3 CAMINO III

Palabras:1992    |    Actualizado en: 18/11/2021

rollo colosal capaz de darme una realidad alt

u piel es suave, su tez blanca y el cabello castaño que

-no oculto la im

je que te colo

ue no coinciden con las dictaminadas, si fuese el caso este

que se acerca a Elías. Un hombre que pos

ostr

su cara, y aunque se pueda notar a simple vista lo enfadado que esta, me es imposible obviar lo atractivo q

u índice estrepitosamente a c

e arruga en

lo conociera de antes, cosa absur

dago. Instintivamente me acer

o, ojos color negro que se m

a, para después hacer un ademán restándole interés

la noche en un bosque donde la violen o asesinen. Dado

o, o sea ni me ofrece desayuno. Su m

on el paso de los tiempos -es

encia de agradecer por haber aceptado que duerma aquí

ada a este tipo de trato puesto que so

..

DE ÚLTI

mos rápidamente al televiso

o que confirma mi j

llo, por lo cual se sospecha de un posible secuestro, ya que todo apunta que la desaparición fue en su mismo lecho. Las autoridades se han pronunciado ale

er

munes y corrientes. En estos momentos era seguro

rita como

to que se muestra por toda la pantalla. Su vista no deja la imagen, hasta que el hijo lo ob

Elías, quien me ve con la curio

i verdadera apariencia, so

padre, quien parece estar co

tiene los mis

. Y no solo son los ojos, su cab

orbes con fuerza, es como si quisiera evitar so

nos a la vez que hace su camino a una puerta a

de las cosas y si tú no me las dice

el pacto de reproducción. Su existencia rompe múltiples reglas y no solo

ve a tu habitaci

a una persona mayor, su propio aspecto físico es la de u

raba desc

o? Más importante aún ¿Por qué aq

*

de la casa hicieron retumbar sus puertas dejándome so

a montaña poco baja, en la cima para ser más exacto. Sin embar

entro es una zanahoria, con una tristeza inmensa la cojo y pr

en el sillón donde amanecí con tortí

hora al

tengo h

ano porque dependemos de la energía que nos proporcionan los alimentos para poder utilizar los poder

no captar las voces claras, entonces me levanto sin vacilar para ir a chismosear.

esfuerzo sin realizar ruido y doy pasos

ta donde se distinguen las dos figuras sent

oigo con

o se ve

mo tú, no es l

ce, lo h

que ver n

la ver

osa, hace que mis nervios

al menos cuando se supone

a en mi pecho. Niego, aun cuando

arla. La que ni siquiera se tomó la molestia de saber si estabas con vida. Esa señora Elías, es tu

sonido agudo que hace soste

no retrocedo por el impacto pero mis rodillas fallan y ca

ojos se conectan con l

o se des

o en mi

al p

n la g

de cabeza i

uce... no se ha

scanea con la mirada,

i vista

una maldi

ap

r que su hijo existe? -co

de éste otro parado y con act

racias a dos personas, es una parte de ti, no puede no saberlo -se gira de manera brusca di

s pe

N

a mis labios sin s

rento al sujeto. Si éste algo sab

una mano alrededor de su oreja en se

ificultad al ver

hí está mi cobardía, haciendo acto de presencia. Los ojos del

informa de forma escueta

baja y camino apr

el pestillo la puerta del cuarto de baño, tant

dirijo al espejo que e

punto de reventar. No me sorprende ver a mi pi

lo, mis ojeras se reducen una milésima de centímetro y

diéndome salir. Mi audición ya está en perfecto estado, y el no ser definitivamente un ser h

a con total claridad, que por un momento me da

oca cuando oigo improp

rmurando por lo bajo, rodeo el mango de la puerta con mis delgados

o logro ver la figura frente a mí, lo impone

a por marchar

quedado estancada d

de verme como si de un sueño se tratase o

pronunciar ningún sonido, sus labios se entre

e la furia

al cuarto de baño cerrando con el se

de brillantina fuera hecho, empieza a brillar por las gotas de sudor que recorr

po tenso, su agarre en mi brazo s

aparecía E

me iba

aquí? -escupe de ma

último a estas instancias. Me

me, E

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