o. Me queda demasiado bien. Acaso, todo el mundo notará el cambio. Es obio no. Bajo, y entrego la llave. Me paro y miro a varias direcciones a la misma vez. Subo a mi coche y doy vida al mo
no hay jefe de mafia más tonto cierto.Ayer le di tanta oportunidad. Que esperan que baje la guardia. Sonrió, una carcajada enorme y s
Únicamente que hoy llevo un pantalón bien pegado y una camisa, del mismo conjunto. Con la chaqueta de ayer, y pega m
nte de encontrarme con este tipo de mi jefe.Me acabo de sentar, entra mi secretaria y ella me pasa, una carpeta. No la miro, solo la dejo en la mesa. y prosigo en lo que deje
uedo ver, lo que pasa del otro lado de la calle. Y la ciudad como está bien animada. Tomo mi tasa de café, y me siento. Me pongo mi montura mientras ojeo unos diseños, que me e
matarme de
llame y no
ué
lega
uién
esidente
resid
a encontrar una respuesta en
sta qui. Lo están recibiendo abajo en la primera pl
anda en muchas otras
para que la mires, y puedas decidir
nuestra sucursal. Y justo después de que me paso esa desmadre ayer. Miro a la chica
ble a la reunión, está bien! Déjame
tá bien, t
Sí, se me escapa una palabrota. Mierda. Estoy a flor de explotar por esa energía que invade mi privacidad. No entiendo po
ragante, que casi perdí el equilibrio. Mis ojos posan en un hombre increíblemente guapo. Moreno, ojos marrones, si lo miras fijo y cejas fundida. Negra, esos ojos marrones están es
volver a mis cávales, pero me debilito. El perfume, siento, que vuelo al aire.Trago saliva y me repongo. El vicepresidente nos presenta al terminar la reunión. Y su mano, tom
Él me habla. Sacudo la cabeza, para prestar atención, pero percato que él aún sostiene mi mano. La corriente ya paso, pero me estoy haciendo débil y es
Él se sienta, el hombre junto a él me dice que le traiga un café. L
es gusta
on l
eza, y me concentro en lo que él dice. Luego dice que está bien, que baje con él, tiene que hablar conmigo. Y m