DE EL
o ser
o Wald
Matisse Studio http
LVO DE E
s reservados. © 20
tac
r/facebook.com albertowaldemar.blogs
anto no se permite su reproducción, copiado ni distribuci
ítul
eblo. Desde la calle se podía escuchar las risas y la algarabía de los hombres que allí se encontraban bebiendo. Don Cesáreo Ruiz dueño del negocio, servía tragos a sus clientes; mientras su hermosa, joven y recatada mesera Agustina -de acento español-, atendía las mesas. Las ganancia
cierto grado de desconfianza, y recorriendo el lugar de lado a lado con su mirada. Luego de escupir la espiga de trigo que traía entre los dientes, se acomodó el sombrero y se dirigió a
su bebida, un alcoholizado hombre quiso aprovech
.Me gustan tus modos palabra ¿Qué hace una hermosa espa
uélt
pongas
suelte h
nes que darm
se controlar, estrelló una botella de cerveza en la cabeza del hombr
ontra el forastero, arrojando la mesa al suelo y con ella sus tragos y las cartas de una baraja.
ra mirarla. Luego le preguntó en voz ba
Cóm
no traigo mi pistola... Sólo
ó la carta de una baraja. Al
de tranquilizarlos - ¿Van a defender
reño se inclinó hacia el hombre en el suelo, y fingió
s confundidos en un principio,
a última partida este infeliz
que esa supuesta carta guardada
barra y comenzó a hacerse a puñetazo limpio contra los hombr
al aire su vieja carabina, que tod
ozar mi negocio! - sentenció el viejo si
eño; y en un oscuro callejón le dieron u
cando sus dedos - te me vas. No qui
o me puede echaa! ¡Vamoo que yo no
e me vas
trada se encontró con otro hombre. Era alto, rubio, bien
aquí? ¿Te encuentras bien?
Silve
ió a faltarte? Porq
me he queda
tienes necesidad de todo esto... Si tan
aa maa Silverio...! Ya veré
ven echó a andar, per
e. Ya es muy tarde y tú no
allí, que vine en mi car
dime donde te está
... Y por favo
egas a necesitar algo s
emerosa se detuvo y descendió. Caminando entre unos matorrales, se encontró el cuerpo de aquel fuereño que la había proteg
esoo canalla lo ha
bre inconsciente a la carreta,
a completa tortura. Con la mirada comenzó a recorrer el lugar. Algunos santos colgaban de las paredes azul pastel, y un ligero olor a incienso llegó hasta su nariz. De pronto pudo ver a un costad
te creyó escuchar las risas de algunos niños, lo que lo hizo abrir
? - preguntó un
tro -. Es el papa nuevo
a joven
Debeis salii y dejaa qu
oz baja y con burla mientras los
r lo que hizo por mí -
stá en deuda soy yo... Y
maa, en...
... Pero si eso es só
eyen
sí
ro que no ee a
agó el desierto. Nadie sabe a bien donde se en
hogaa de to
el rostro con detenimiento-. Ahora veo bien porque se quer
la otra parte de un hábito
lamó el homb
... No son mioo. Y como ve
en la... - dijo sus
Rita cuidaba de estoo crioo. Pero ar fallece la hermana pue tuve que buscaa un empleo. Así que iba de noche a ese horri
¿ellos?... digo... quiero decir. ¿
loo ocho niñoo que uste ya ha visto. Manuee, Miguee, Ramón, Simón, Hernán, Adrián,
convento lo entiendo, lo de los niños tambi
he dicho clarito. E
a entonces este debería ser el
lo
Entonces aq
en este lugaa hay oro escondio poo ahí,
é está ta
uí sólo hay porvo, sólo eso porvo de er Dorao... Mire. Nosotroo lo sabemoo bien, pero laa personaa como uste no lo entienden. Este lugaa es lo único que tenemoo. Si alguien maa se e
ve
ecorría con su mirada de asombro e
lee - dijo la joven poniéndose de pie -. Comprenderá que