gía a la escuela, Alixa estaba sobre la carreta mientras le retumbaba en la
e grito Latiamama en el momento que Alixa ya había em
ía dicho antes, estas no pare
dejado de hablar con su nieta? ¿Pero cómo?, pensó
algo que podía estar contándole a todos; aunque no es como si Latiamama necesitara que alguien le contara las cosas para que ella se enterara de lo que estaba pasando. Alixa la
de ahora sería una
n momento el problema
mino se despejaba dejando a la vista un sen
iluminación del sol o la luna, hacía que el lago tuviera un exquisito brillo que cautivaba a cualquiera que lo viera
ro del agua sin respirar aire, no muy grandes y algo escamosos, se les conocía con el nombre de "peces". Nadie en el
eremos los pe
ción suya una de las cosas que lo había cautivado. Era un sentimiento que se reflejaba en tal magnitud que podía contagiarse, haciéndole sentirse con
e usarlos. En realidad, Alixa no era muy aficionado de navegar sobre el lago; pero a esa chica,
ese lugar seria escenario perfecto. Todo estaba saliendo de acuer
sient
a resonar en su mente, tra
sentido, debía concentrarse en lo
to de estar
dándose ánim
ía nada fácil. No sabía que decir, o como empezar una conversación. Alixa ni siquiera le había dado la cara en todo es
il decirlo que hacerlo, Lat
la escuela, así que decidió a
ha atrás -suspiró mientras bajaba de
ser durante tan difíciles circunstancias, en la que tanto dependería de él p
tuviera la opció
ya que solo eran unos postes con un pequeño tejado que los prote
etros de él una carreta muy familiar. Todavía sujeta a ella,
ijo Alixa más relajado al ver al ani
mar agua al bebedero; con un bello pelaje del color del atardecer y un pelo oscuro que s
ntaba mucho más que solo eso. Era algo así como su símbolo de la libertad, aquella que (según ella misma) sentía no nadie en Geroger poseía. Claro que Alixa nunca concordó con la forma de pensar que tenía ella; pero eso
a ser mucho más
parecer ella quería darle la mayor l
y se le empezó a acercar paso a paso. Reconociendo la apariencia del muchach
poco robusta
un poco, mien
Chinzu. Te vez bien, ¿acaso
u hocico en son de protesta, causando la risa de Alixa que
era la primera vez en todo el día (o desde hace días para ser más exac
las mejores cómplices que podría desear. No importara el tiempo que pasara, incluso las cosas que les ocurrieran, ya que ambas siempre tendrán un lug
e tenía un deber que cumplir y ya se había demorado mucho tiempo. Pensó que si Chinzu estaba
ue cuidando de e
ro, Alixa se despidió mientras se
*
, Chinzu se le quedo mirando por un tiempo hasta que este
que conocía, algo en su interior había cambiado. De cualquier forma no resultaba ser de su importancia; y
*
l Guardián se le reponga nuevamente. Siendo que tanto el Guardián como los otros dos Maestros no se encuentran en las fronteras de Geroger, ahora toda la carga cae sob
ue pareciera tratar de aparentar mayor madurez dejándose crecer la barba y el cabello. Este era, por así decirlo, el modelo perfecto de lo que se supone debería
la salida no autorizada del Guardián. Pero por lo que pudo ver Alixa, todo estaba siendo manejado
tro S
ixa, buen
us que estaba de pie en las gradas se aseguró de poner la postura correcta de un solda
s miembros de su familia. Era un miembro de ese linaje desde su nacimiento; desde su bisabuela hasta su padre, eran tres generaciones consecutiv
a que a mi padre no le agradaba s
mirada de Setru
que diferenciar a los miembros del clan, que co
gares. La verdad, si no me lo hubiera comentado
venir, pero la gravedad de la
aunque le restó importancia. Alixa era consiente que al no responderle el saludo era un acto de grosería;
era uno de los que se comentaba siempre entre la comidilla del pueblo, por así decirlo; y si un requisito para esto no fuera que el anterior ocupante tendría que fallecer, seria incluso el evento más esper
fama ganada por su esfuerzo y sin hacer uso nada más que su propio ejemplo como soldado. Sin embargo,
un puesto entre los Guerreros de las siete Hojas, no estaba entre los más fuerte de estos, quizás por su falto de entrenamiento y carácter. Inclusive había quienes decían que la única razón
ste deseaba que fuese él quien lo sucediera. Era debido a ello que no dejaría que Setrus manipulara a todos con su
usaba con esas razones; mas no se daba cuenta que esa
percató de cierta persona corriendo en la arena, por lo que se quedó
concentración del muchacho, Setrus
usual esta vez. Como su Maestro a cargo me pa
nclusive, lo más instructivo también. A pesar del mal concepto que tenía el chico de Setrus como persona, no podía decir lo
ó algo parecido, ¿podría sab
regunto al Maestro tratando de no demo
a prisión se posponía; y aun así uso una excusa para ir en la tarde aprovec
ro debido al simple fastidio q
e dice que no hablaron mucho, la verdad no sé
seguido algo de información por pa
mucho crédito al insens
enta que la había defen
s que tenía ella; pero también su falta de ambición la
parece tener intenc
refiere
ctitud de Setrus, quien seguía
ue ella está consp
aunque ese es también el problema. Puede que sea esa inoc
s algo muy
lo
dumbre en su mirada; pero esta vez no parecía estar viéndo
abía casi nada de esos prisioneros; y la verdad, aunque se les interrogasen, nada confirmaba que estuvieran diciendo la verda
que no se le informe a nadie d
ico a su lado con una expresión de confusión y
ado a la principal Firian, y ell
esto solo un: "Comprendo", mientras a
ta situación te fa
para s
exhausta. Teniendo los brazos caídos, de un momento a otro se trop
sa por aquel típico acto, Alix
stá consiente de toda la situación en el f
ucho no haber podido mantener mi
labras; mas si toda la situación no le fuer
una reunión de la Asamblea para el atardecer en el fortín. Supongo que se decidirá lo que suc
ha venido en una
que llegues cuanto antes. Yo iré caminando lu
or que Setrus llevarse su carreta ahora mismo; ya que el usar
o Principal, Setrus retomó su postura y se dispuso a sali
dirle que por favor usted l
¿E
ía oído, Alixa no pudo seguir mantenie
a poder librarme de hablarle,
igo, estoy seguro de que si va ella sola no se hará
osismo, hizo que Alixa hablaba
o mucho más de lo usual. Por lo tensa de la situación seria muy grave que no llegue a tiempo, o que simplemente no se presente. Esta n
crees que
ntro de sí un
que resultara graciosa para la gente del clan, no sería tolerada de la misma forma por los miembros de la Asamblea, quienes no dudarían en sancio
o me encarg
*
na junto al campo de entrenamiento, Alixa se qu
ir de camino a la prisión, le había dicho que a ella
última vez. Aunque Alixa había estado allí y fue el primero en encontrarse con ese monstruo; en realidad no pudo ni verlo. Durante el momento en que el intruso logro entrar en su habitación, todo estaba oscuro; y Alixa apena
a suponer, esa chica t
as volvía a poner atención en la chica co
me de los Guerreros de las siete Hojas había logrado terminar a duras penas, y recostándose sobre sus rodillas aun de pie, e
posible, la había llevado casi al punto del colapso,
o en un instante la chica se desplomo hacia el suelo
estra candida
a de agua, que al parecer había dej
unque no estaba seguro en donde tenía puesta ella su visión, parecía q
e ser aquel amigo que había sido hasta hace un año; aunque
erente cara de todo un año se le ca
a postrada, Alixa se inclinó un p
gua te ayudara a re
ra, ¡¿Cuándo l
tenía el cabello en una trenza, la cual era tapada por su cuerpo en este momento y que de hecho ya se abría ensuciado con toda la arena del
vasija de agua. Mientras que, sorprendida por ver al chico en ese lugar, Sileria trato de levanta
deba ay
el cuello de esta la ayudo
co su cuerpo hasta que noto sus intenciones. El chico estaba acercando la vasija de ag
stá pa
a al ver la inusua
ias,
hecho sin preguntarte pero parecía qu
toy agradecida po
la escena, Alixa la dejo cuida
do de la vasija, solo esperaba que sus fuerzas se fueran recuperando poco a poco. Además
dime ¿hace cuán
í hace como unas c
¿Qu
sus manos para ocultar su cara, movió su cabeza hacia el lado opues
ltimas vueltas he estado desmayándome
ando en su
a ¿está
que no es
; y a pesar de estar un poco cubierto por la arena, se podía notar que su cara
la deja en un estado tan deplorable?! ¡A las mujeres no nos gusta presentarnos de
s", resonó en los
rimer lugar. Sileria, quien se había sentido culpable por cómo terminaron las cosas ese día; se dio cuenta que
ento no debí
s que todavía pienso en nuestra relación com
lo tomaron desprevenido), Alixa se disculpó mient
recordó Sileria- ¿te refieres
s y cabalgando en Chinzu; esos fueron una gran parte de la alegría que habí
o comportarse como n
omprendiera lo que trataba de decirle. Y Alixa, que se tranquilizó al ver que el ambiente
lixa. ¿Dónde e
ilidad que había sentido, Alixa trato de forzar
a la prisión para llevar
a qué necesitan ll
ha convocado una reunión de la Asamblea para el ata
Sileria rápidamente dejo de lado el tema de su Maestro como si le restara importancia; es
an tan drást
quién
l darse cuenta que hab
drásticos con alguien, ¿a quién
eso?, te abra pareci
ileria trato de ignorar
poco mencionaba al muchacho qu
ue el pequeño que había llegado hace semanas a la aldea, estuvo en una reunión de estas donde solo asi
le hayan hecho; la razón por la
*
ación; como si alguien estuviera limpiándose las manos
*
amos de una vez antes que pase más
ienes
a prisión. Por lo que dijo Setrus, Sileria estuvo manteniendo
gado mientras iba caminando hacia la escuela. Será mejor que no
a parecía dar unos leves temblores. Acercándose rápidamente de regreso, vio a Sileria
sto, Alixa; pero te juro
l suelo, Sileria le dijo a su amigo en e
posible no fue una sabia decisión como se lo advirtió su Maestro. Este le dijo que empezar
no logro tener éxito por lo que terminó derru
ara recuperarme. Iré a la escuela; mi abuela seguro ya está
indico que ya se encargaría ella misma de ir, a pes
sobre
comendó llevarla, y si por alguna razón no llega me termin
levaba consigo, recordó
"recado", así que ya no creo que vaya a venir- dijo
dó por unos momentos de a q
ue no debido a la ligera insinuación que tuvo ella misma de que comía demasiado, luego de su charla
que le pedí a mi abuela qu
tara de hablar con Alixa y solucione el problema que habían tenido. Aquella conversación no termino en un acuerdo específicamente; lo últi
UEL
ación de Latiamama para forzarles a ambos una situación en que tuvieran q
ose cuenta que ya adivino lo que hizo su abuela. En ese momento no podían ev
te dijo que hay allí -dijo Sile
-Alixa le
con cuidado podría terminar peor a que si le h
que por favor
o, Alixa estaba tratando de no hacer contacto v
el paquete de cam
abriría, no es para mí
vamente
el contenido del paquete. Claro que sabía que él no sería capaz de husm
traérmelo justo ante
yó que llegaría a tanto como para ponerla en una situación tan vergonzosa
iamama, se dijo a si misma co
íes un "recado" como este. Por favor solo niégase
ia se lo pidió avergonzada y todaví
se refería, por lo que se dio
acuerdo,
habían quedado callados luego de acordar t
oto que faltaba menos de una h
uramos, no lleg
rse cuenta que solo había
.
leria sintió que la tomaban de las piernas y los hombros para levantarla en
mirándole sorprendida con
levare a la escuela para que te alistes. Y si aún no puedes mov
miro hacia otro lado mientras le explic
ropósito, porque de lo contrario ese todavía rostro infantil se vería algo serio; una cabellera un poco larga y despeinada, con una nueva cinta roja que le rodeaba cubrié
recue
to que me lle
tenemos que
rrera, sino ropa de casa. No puedo usar este ya que está todo sucio; y tampoco puedo ir con ropa de ca
ienes
os, era cierto que Sileria no podía ir con otra ropa que no fuera su uniforme de Guerrera de las siete Ho
co a Chinzu, mientras tú de
aldea, el incómodo momento que tuvieron se había disipado,
taban sosteniéndola, Sileria
primer paso y se a
o. Sileria se culpaba por no manejar de una mejor forma la situación aquel día, y el no tener el coraje de hab
li
a, Alixa noto en aquellos bellos ojos dorados como
a, Sileria terminó di