bía muy bien que las niñas se despertarían asustadas
era aquí, Crisli. Es fin de sema
stán do
s y son los únicos días en los que me dedico a la fundación por c
erta, vi el auto de mi querida suegrit
a dejar a las niñas! - S
¿cómo se te ocurre grita
el claxon como loca. Iré a dejar a las niñas,
tra de mí, o bueno no en contra, porque nunca habíamos discutido y nunca nos habíamos faltado al respeto; pero desd
llorar en ningún momento, solo tenían su pecho agitado. Por lo general e
, estaba media dormida. Mientras que Nev
ienen que portarse
é con las niñas hasta donde estaba el carro de Alba
Alba. Le dejo a mis
traseros del auto y con mucho esmero
igo - dijo, mientras ce
an dormidas. Pero usted se encargará de e
con su mano derecha se acomodó un poco
mpo en cuidar niños que no te pertenecen, deberías de ocuparte de los tuyos. -Al
aro por mantener la prudencia, aparte siempre me caractericé por ser una persona sumament
s mejillas me ardían, como si me hubiese dado una fuerte cache
tina y yo nos dirigimos hasta la fundación. La etapa triste y nostálgica del día
ndo abrazo que parecía muy paternal. Me gustaba sentirme así, ambos tuvimos nuestros malos momentos, especialmente cuando yo me fui del país y
miraba. Es un gusto
ocia de la fundación?, aunque bueno, había una diferencia abismal entre la f
na, tío, pero prometo que no me volveré
le dediqué una mirada fulminante y ella
los niños están con Lorena, así que
vieja. Cuando construimos el hogar de los niños a los que ayudaríamos me lo imaginé de esta forma y me gustó. La casa tenía todo lo que l
ría como me las arreglaría. Me sentía orgullosa de mi trabajo, todo esto lo había construido yo sola, nadie había puesto un cinco para su construcción, e
n - mencionó Cristina muy cerca de mi oído y yo le di
stal, no sabe
solo quería tener algo mejor para ellos. La casa no estaba mal, pero tampoco estaba terminada quería algo mejor, a
e juegos, donde, precisamente, a e
tarse conmigo por videollamada. Yo de inmediato contesté y
uda Cristina. - Mi rubia amiga hizo un ge
tes, algo extraño en él, ya que siempre so
é su
tó lo de las niñ
de las
habías
ismosa. ¿Cómo pudo ponerle
muy ocupada con Cristina, ella adoptará un niño de la fundación. -Cristina h
as que de otros. - Esa última frase la había remarcado co
eces. No, no iba a discuti
sus sugerencias. Mejor acompáñame que recorreremos toda la fundación,
to con la mano para que parara la conversión y sí, paré
mente, con ese simple "mi amor" había
l lugar, le brillaron los ojos, supongo que no podía creer la gran cantidad de niños que había en el lugar. Saludó a cada uno de ellos con una gran amabilidad
ano. Sin decir nada y sólo observaba
- dijo chillando Cristina, cont
reojo la pantalla del celular, aún seguía hablando con Leonardo - cualquiera de nosotros - dije con una falsa sonrisa en el rostro. Yo era igual que
bueno. Mi falsa sonrisa desapareció, aún me mantenía la c
ar, ¿cómo podía ser tan tonto de decir eso frente a esas criaturas inocentes?; moví mi cabeza de un lado a o
ble y amoroso como él, veía de menos a unos pequeños niños que perfectamente podrían ser sus hijos. Cuando se comportaba de e
que su esposa fue uno de esos niño
har
cisión
imientos
n clavo en la madera y me hacía un inmenso agujero que no sabía
sintió, supongo que Leonardo no pudo soportar ver aquel momento de ternura