acían el espacio necesario para que Rodrigo regara su lengua por lo
e me había hecho el amor poderosamente dos veces la pasada noche, y ahora a las cinco de la mañana, hora que confirmé en el relo
e volvió a poner en mi sitio sin dejar de castigarme co
una ninfómana insaciable
n mi interior resistiendo los tirones que le daba a su
ada más que gritar de placer y luchar por consolidar un orgasmo que me hubiese
yo lo recibimos con ardor, celebrando el placer de tenerlo den
palabras que no escuché en mi oído y besó y raspó sus dientes
ía y apretando mis piernas a su cintura nos giré, quedando yo ent
dolidos por los combates anteriores y las pasiones desaforadas que habíamos compartido, me encorvé haci
ligó a bajar hasta su boca, h
sus brazos el peso de mi cuerpo y guiando con un
ito más
exigía a la
contra el cabecero de la cama, aferrándose a mis manos con las suyas,
se bebía todo mi deseo por él, directo de mis labios en besos profun
icción era de otro mundo y el placer era sobrehu
ándome una estocada final, que me hizo dar un fuerte grito y el s
a lo pasamos má
a por el flirteo que ambos sosteníamo
lado no habíamos tenido tiempo, y por el otro ninguno de los dos quería est
entre el tipo de distracción que eso suponía, además de la posible
oradores que habían ido con nosotros al viaje no parecían tener mi problema para sus redes sociales, pero
email, y en el último que le había mandado,le oculté todo lo que habí
l salón de juntas que nos prestaba el hotel,e contagié de su descarada actitud y me subí un poco la falda de tubo r
í, alegando que tomaría un descanso de veinte minutos y luego de dos
en
sillón de polipiel negro y señ
un desarreglado moño y caminando sensualmente, moviendo con cuidado
de sentarme encima de él, y dejó caer su
divertida y bajando mis manos hacia su bragueta, t
ento y murmurando palabras que me sabían a promesas candentes - espérame en mi siute, sin ropa y dentro del jacuzzi - me hundió un dedo entre los muslos y levantó mi braguita
ndo que me calentara si ya me había dicho que me haría suya much
jo mientras me empujaba con su cuerpo hacia la puerta de salida, y con la mano en el pomo, un segundo antes
la videollamada que te pedí