n cada paso, mis labios temblorosos por el frio ahogaban m
aminando, pero solo quería alej
uellos ojos azulinos me observaron con detenimie
risa que mi mente pa
me habí
jo mis ropajes que ahora lucían hechos trizas ante mi apresurado caminar, las ram
n mis pies se perdieron en el cami
lante llamado broto ansioso por ver
para solo obtener p
la confianza del rey. Ambos habían mostrado ante el pueblo de Werty que su amistad i
s feroces ama
en el corazón cuan
ñas! Carlos III s
d, el dinero era la mayor anhelación de mi pa
i padre dejándome feliz, pero no podía mentir. Durante largas generaciones entre los antepas
e solía decirme y sus premurosos besos en
go más que oportunidades, pero que equivocada me
undos, el llamado del rey y su repentino comen
resuradas muchachas, sumisa
a hasta que sonriente confeso: Acabas de
o me debatía si desistir de aquello e irme de aquel reino, pero no tu
te durante largos días me observaba cuando pasaba por el jardín
sentía
olo poseía un hijo la nega
podría ver la claridad del día ni luchar
mbre que había nacido ciego y aquello era una dificultad más para su propio p
enada a casarme c
más allá de guardar silencio bajo los trajes pulcros de su padre se
n digno futuro
equivoca
fundidad y apresurado decidió sacarme de aquellas tierras. Solo pude bes
ste
rpo refleja
orar escuchando su voz llenar el ambiente con cánticos dulce
unca podr
cielos angustiada y petrificada cuando las nubes grisác
su toque. Las ramas se movían ante la fuerte ventisca, mis cabellos se mantenían inm
te, sin embargo, caí al
respiración se tornó agitada y mis ojos empañados tal vez
deje caer
ada, mire la lluvia caer a los suelo
llame ansiosa para que
r mi vida en paz y huir bajo la mirada gélida de mi padre, pero los añ
o siendo dada por muerta por aquel príncipe
os, sus ojos orgullosos y melancólicos se mantenían quietos ante los míos, su voz llenar
a para él un
n no sentía mied
o -murmure
ie, pero las fuerzas parecían tan lejanas, huían de mis ojos anhe
ado tal vez mi madre cuando subí aquel
beso nuevamente mis nudillos y cuando tan solo nos encontrábamos
tantes hasta el interior de este bosque. Cuestione y cuestione el
ajo su piel. Sollozante lo observe y aquella inten
asustadizas y nuevamente se atrevió a go
cabar contigo -p
dolorida me coloque de pie y como pude me alej
angustiada que olvide el dolor en mis mejillas. Las ramas rasparon mis ropaj
ir, ya no escuchaba los pasos y los gritos
e, una fría ventisca y mi cuerpo déb
rando que en mis sueños mi madre haga presenc
abaría
decisiones fueran simp
mi alrededor, la luna desaparecía, las estrellas dejaron de brillar en los cielo
ientras cerraba mis ojos
z es m
aría en la vida infinita