a
Busco a Leonardo, mi asesor de tesis, mismo que me ayuda arreglar mis papeles para vi
jo y eso le causa mucho dolor. Como si le hubiera importado dejar su meditación para volver y ver a su
rdinadora que contratamos para hacer una cancelación formal, no deseo
ron a ir al funeral. No eran nuestros amigos. Ni
presente en todo momento. Car
todo Franco─ l
que siempre estaré en deuda co
lo volvería a hacer
los, no cualquiera mete las
o, cuida de Sara... ella es fuerte, pe
a con
e Carlos, vuelo a Roma acompañad
Mi amiga Susana, compañera de la universidad, se incorporará a estudiar una especialidad en el mes de octubre, mi papá le ofreció que viviera conmigo y así nos hiciéramos compañía. La tercera recámara, era para
n la política, me gusta la comunicación social, dar conferencias y escribir, debía prepararme para ello. Esta maestría es un sueño hecho realidad, pero a medias, el motor de este proyecto ya no se encuentra conmi
pero él decidido a vivir su "última fiesta desenfrenada, perdió el piso, de forma literal.
ste! ─ me gritó entusi
el equilibrio, cayó, lo vi en cámara lenta. Corrí a su lado, grité desesperada. Perdí la razón de la impotencia,
e una ambulancia!─ Aturdido vol
ba, cerraba sus ojo
iene la ayuda... resi
e decía con
an de observarme, y me sonreía. No me hablaba, todo me lo decía con la m
llegó Franco, un v
Se pone blanco al ver
ije llorando, desconsolada tomé a Franc
aron a una
tiada. Franco nos tomó de
arlos, voy
léfono celular y se encargó de todo, hizo llamadas, atendió
ahí comencé a tratarlo. Se conocían del bachillerato, solo que Franco había
te, Franco venía al hospital a visitarlo por las tardes, tiempo que yo
tu apoyo...─l
se lo debo y lo hago con gusto─ le vi sonreír de medio lado ─
nte, nunca estuvieron con él en los momentos importantes. Cambiamos la fecha de nue
apoyo por parte de mi padre, se habían adoptado mutuamente. Mi
ida Franco, si lo pierdo, me m
me tomó de la man
ía en
Los filósofos son
...─y
°
an
s compañeros de la facultad, sus pa
muy dolida, sin embargo, me tomé la molestia de llamarle un par de veces par
su ausencia es terribl
u visita con el psicólogo, al final te
é y me animé a invitarle un café. Me sorp
cada cinco minutos cuánto lo ama
o. Eso me volvía loco y optaba por no buscarla más, pero a lo
cierta frecuencia. La invité al teatro, exposiciones, a ce
en el café de siempre por si deseas ir". Cuál fue mi sorpresa que, al llegar al café, ella estaba allí, también busc
e autoricen el primer viaje a Españ
o recibirte, has sido el me
e aguantó para no llorar más, lo noté, yo no tenía idea de lo que ella sentía en ese momento... pero lo de Carlos estaba muy re
e que se marchó a Roma no tengo noticias de ella, no nos hemos llamado n