única preocupación era color
óni
*
do (así me la pasé toda la mañana). En el transcurso de las clases estuve muy preocupado, no dejaba de pensar en Demian y por qué d
í muchos ojos posarse sobre mi nuca mientras la señora encargada me entregaba las bolsitas de lo que había comprado
precisamente de mi asunto con Demian, pero nadie me decía nada, y no es que espero que todos se burlen
tes que murmuraban me dejó bastante p
cionado. Deberí
mi
l suelo del autobús esperando que por arte de magia avance más rá