Habana , Sept
tes de darme cuenta eran las dos de la madrugada. Me saqué los tacones altos de los pies y cor
cipio solo había un ruido ensordecedor en mi cabez
al en medio de la calle. Fruncía el ceño, mientras que int
na lesión de la columna espinal. Mi vista se nublaba, mis pensamientos se tornaban incoherentes, podía sentir que mi vestido estaba cada vez má
uno ve su vida pasar delante de sus prop
ar mis últimos instantes de vida. Uno era un ángel y el otro un demonio ...aunque ya para ese segu
masiado tarde. - lamentó el
ente de cabellos negr
uy marcado.Cinco años de estudiar e
ndo el pulso de mi muñeca. El otro ser se mantuvo de pie a mi izquierda, su postura
su pulmón derecho. Se está ahogando en su propia sa
Pfffff.-
rubio, acariciando de
rá terminad
e mi pecho. Un sabor metálico
a mi garganta procedente de m
órganos vitales se detuvieron uno a uno bruscamente, y a
ba m