img El Corazón de una Princesa  /  Capítulo 5 Cuarto capítulo: | 11.36%
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Historia

Capítulo 5 Cuarto capítulo:

Palabras:1919    |    Actualizado en: 02/03/2022

cial

a familia real y ayudar a Costa Mein – escuché que decía mi madre – Además, imagínate, emparent

siquiera ejecutó – añadió y luego suspiró con cansancio – Gracias a la Princesa Shinees esos dos hombres no murieron en esa masacre, aun no entiendo cómo el Rey puede tan s

será una buena Reina cuando llegue al trono – escuché la duda en la voz de mi madre –

que hizo hoy frente a todo el pueblo y ciertos miembros de la nobleza, como y

pregunté fingiendo no saber nada y todo inocente, aunque en realidad no sab

a nosotros – sonrió cálidamente. M

esa confesión como si nada que en ese momento me

n la boca, resulta que ahora me querían casar sin considerar a preguntarme nada con nada más y nada menos que Shinees Van Bisen, la Princesa de Costa Mein, o eso creía, ya que atando cabos de lo que hablaban antes de que entrara

... - com

ilizar tus encantadoras artimañas conmi

xplicó papá mientras dejaba a un lado lo que había estado leyendo hacía unos momentos – Él desea que tú

d Melborne, también tendrías en tus manos el título de Rey Consorte de Costa Mein. Serías el confidente total de la Reina Shinees y ambos reinarían nuestro

dudaba de que estuviera totalmente de acuerdo en un matrimonio arreglado

nde su presencia no era requerida. Además, los reyes Marktool y Freya no era que hicieran demasiados eventos en su palacio, se mantenían alejados del pueblo todo el tiempo que

n de la Princesa, pero había cierta parte del pueblo que afirmaba que

, pero pronto visitaremos el palacio a pedido d

sin querer ser el futuro esposo de Shinees Van Bisen – Ni siquiera quiero formar parte de esa fam

eso fuera una razón para aceptar dicha alianza d

ntiendo ese punto – d

jo seriamente – Si Shinees no fuera como esperamos, tú puedes red

in sufría las consecuencias de culpas que no le concernían, culpas que solo pertenecían a los reyes, pero qu

e mis hombros – dije con seriedad – Pero todo sea

obtenido mi respuesta. Si podía y estaba en mis ma

.

el

para luego pararme frente a la gran plancha

aposentos para dirigirme al vestíbulo de nuestra

l carruaje real que hab

si así sería. Me sentía confundido y al mismo tiempo decidido, solo esperaba que la Princesa pudi

cortar la cabeza no cederé y tendrá que buscar una nueva víctima para su

quien no te permitirá retractarte soy yo – sentenció papá – Está en juego el honor de

do y gastando todas sus energías en sobrevivir cada día, no en estar al pendiente del honor de la realeza o la nobleza – crucé mis brazos

r y mucho más que eso – habló con un extraño tono en su voz que m

ista y la de mis padres. En cinco minutos entramos por las grandes rejas que llevaban hacia el j

edra, cristal y oro que la hacía ver hermosa gracias a los rayos de sol que chocaban co

rsonal abrió la puerta del transporte y uno a uno fuimos bajando. Fuimos recibidos por el personal del palacio, por lo que sa

que se supone iba a ser mi

ndo a entender a todos que habíamos

acercarse a mis padres a saludar

Como siempre, se mostraban majestuosos, regios, imponentes y solemnes, los tres, cuando en realidad eran todo lo contrario, la Princesa, es deci

anto poder recibirlos en mi pala

para nosotros, Rey Ma

habló mi madre con una sonrisa delicada, aunque

es... - comenzó la Reina con una

e voz la cual llamó la atenció

a gran aclamada, y por otros odiada, Princesa Shinees Van Bisen, en la que

a seguiría intacta cuando la llegara a conocer y s

co, la belleza va mucho más allá y me preocu

N MIS REDE

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