nerme en pie de lo
iré h
e - me dije
dentro, vi como una chica con uniforme, al parecer de servidumbre se dirigía hacia la entrada para abrir, cada que estaba más c
sea? - me preg
er. ¿Se encuentra? - le
seguida
odía creer, subió las escaleras y d
dad era todo un palacio, o por lo menos
ada había una verja de gran tamaño, con moldaduras bastante llamativas y diseño con aspecto muy elegante, que como cerradura sólo t
el piso de arriba, que estaba justo encima de la sala de estar, éste daba salida a un balcón de tamaño mediano, las ventanas eran de vid
ar de pequeños jardines estaba situada la puerta principal antes mencionada, que daba vista a una gran escalinata, la cual conducía al piso de arriba, ubicada en el lado derecho de lo que al parecer era la sala de estar, otra que no se quedaba atrás en cuanto a modernidad y
pleada lo agarró con
aba deslumbrada con
piel se puso de gallina, me quedé en estado de shock, s
onil, era un hombre alto de pelo negro y lacio, blanco, casi pálido,
ple vista, fuerte y robusto, llevaba puesta una camisa negra de cuello, remangada hasta los codos, y los dos primeros botones de arriba des
mándome, pero no por mi nombre, e
una mano delante de mi cara y me s
él me estaba hablando. A mí, por más increíble qu
e que hacer esfuerzos sobrehumanos para contenerme, pero a
e mi amiga, es una persona muy normal, esto nunca antes
rdará mucho en hablar? Es que hace rat
volví a la
eh... soy Natash
. pero, ¿quién es Natasha Howard? - dijo. Supongo que bromeando
acada de
umir te diré que soy la persona que más te idolatr
ontesta c
tender que le parecía una loca a la que estaba a punto de echar a la calle, además de sus guardias de segurid
rte - me dijo.- ¡Oh, por Dios! Ni siquiera me he dado cuent
iento, yo me quedé deslumbrada mi
ora de sentarme, lo hice encima
o - me disculpo una y otra vez, sin cansancio, y sien
pasa nada - dijo si
lo estoy arruina
mis ojos, inevitablemente todas las sensaciones acumuladas estallaron. Se apoderó de mí la situa
orando? - m
eer, y la verdad
.. yo.... simplemente no lo puedo evitar, perdóname. Lo he arruinado. Es que me lo imaginaba t
lice? Pues puedo regalarte uno - apenas termina la frase y aparece
lo sé - y vuelven los balbuce
mo un sí - se aproxima a mí y se di
y sus brazos envolviéndome mientras su respiración se ponía en contacto con mi cuello, en ese momento quería grita
omento, y que minutos después de conocerme lo primero que haga s
abó, sus brazos me soltaron, y p
or? - me pregunt
aliviada, pero con ganas de que e
r ti - dice y me
regunté dubitat
r ti - r
amo Howard Natasha; perdón, perdón... al
osa! - esboza una
stituiría lo de graciosa por ridíc
a ridícula con semejante estilo y be
í detrás de mi oreja un travieso mechó
ido, con una mirada curiosa, seguramente pregu
mer momento que te vi me quedé completamente loca contigo - intento remodelar mi comentario de inmediato y mostrar una imagen de mí menos acosadora.- A ver, eso no significa que esté enamorada
desde que lo conocí, y aún no me lo podía creer, luego de seis a
e dices que hace seis años
da, esperé el momento, aunque la verdad mis planes no eran estos
tanto para alguien - me
cas para mí - repongo ruborizada. - Pues me gustaría tene
Me removió los sentidos aquello
conversación e intento o
léfonos?, y no sé... quizás un día que no estés muy ocupado podríamos vernos... claro, sí
Me parece una muy
a, la misma que no había desaparecido de su rostro desde
on su dueño. Saqué mi teléfono de mi bolso de mano, y se cayó al suelo. Nada raro, pues durante el último
puso los ojos en blanco producto a mi ilimitable ne
léfono, e-mail, Whatsapp, en
estás en Nueva York? - pre
o era para conocerte - respondo colo
una vuelta por la ciudad? Digo mañana porque si llegaste ayer supongo que debes esta
n avión, más me
a recoger? - pregunté
¿Por
a? - le pregunté de nuevo como si t
ía dicho, pues aún así me lo repitie
e sí, a las 10:00 a
eíble. Eh, nos ve
seaba quedarme todo el
os metros lejos de su casa, era tan fuerte la emoción, que Paula y yo comen
agar tanto y me pediría una cita. Es de locos - dije abriendo una co
n verdad Natasha, no sabes cuánto me alegro
a través del destello de mis ojos. La mezcla de emociones era u
ible, ¡lo hice, lo hice! ¡Lo he logrado!
un chillido
gritar meneando la cabeza de un lado a otro cual
a se imaginaba lo que había sucedido, per
me pasa a recoger para s
a reírse emocionada y entre las tre
ó Paula.- Raquel, si ves como la miraba, y la cortejab
a se enamoraría de ti - dij
ro crearme ilusiones para luego decepcionarme. Para mí conocerlo supone todo un logro, es suficiente. No puedo montarme toda una película romántica en la cabeza y luego
contestaron l
a de la mañana, yo estaba
para ver que pasaba, aunque era obvio, había comenzado a llover, una llu
detestaba que Paula y Raquel me metieran ideas absurdas y ñoñas en la cabeza; es tarea del destino