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Natasha es una joven soñadora, cuyo único objetivo desde que conoció a través de un anuncio de TV. a Joseph Harper, fue correr detrás de él y hacer sus sueños realidad. A raíz de esta aventura en la que se sumerge su mundo da un giro total en el que se ve sometida a una apasionante y viciosa historia de amor.
"Mi Historia Atada A Un Sueño"
Introducción.
Esta que les voy a contar es la historia de mi vida. Mi nombre es Natasha Howard, nací en una de las ciudades menos conocidas pero más grandes de Toronto, Canadá(East Cork), es el área metropolitana más extensa de Canadá.
Desde pequeña siempre he sido talentosa y un poco creída, he de admitirlo, actualmente tengo 19 años, mi padre es George, y está casado con mi madre, Leah, también convivo con el fenómeno de mi hermano pequeño, Mark, el cual tiene 10 años, es bastante insoportable por lo que muchas veces intento pasar por alto su irritante presencia, puede que suene cruel, pero aún así lo amo.
Soy algo presumida y egocéntrica, aunque me considero una chica inteligente, solidaria, sociable, alegre y muy alocada, aunque en mi defensa debo decir que este simpático rasgo es por causa del par de amigas que tengo, pero bueno, a pesar de defectos y virtudes soy buena persona, ya saben, tengo mis buenas y malas, como todo el mundo, soy única, pero no perfecta.
Cuando tenía trece años solía adorar el mundo artístico y famoso, todo porque desde que tengo uso de razón he sentido gran pasión por el arte de la interpretación, de toda una vida mi sueño ha sido ser actriz y modelo.
Hubo algo que me cambió la vida cuando tenía trece años, y eso fue la primera vez que vi en televisión al famoso actor, modelo y productor, Joseph Harper, toda una celebridad en el mundo del entretenimento. Desde que lo vi me volví completamente loca por él, entonces, a pesar de que no lo conocía, comencé a afirmar con total seguridad que estaba enamorada de él. Cosas de chiquillas, ilusiones adolescentes que no rebasarían el límite de un amor platónico; o al menos eso decían. Así que les pido; no piensen que para mí fue una tarea fácil, pues durante dos años las burlas sobre mis absurdas aspiraciones fueron tan hirientes como para renunciar.
Actualmente vivo en Estados Unidos (Washington), me mudé aquí hace un año, y desde entonces no he hecho otra cosa más que intentar contactar con el hombre de mis sueños, Joseph Harper.
Vivo en una casa digamos que grande y bien acomodada con mi tía, la cual por así decirlo no ha corrido con mucha suerte en el amor, pues no tiene marido, ni hijos, es la hermana de mi papá.
Aquí he conocido a muchos amigos, y dos en especial, Paula Tyler y Raquel Manson, mis dos mejores amigas, las que mencioné anteriormente, Paula es la típica loca a la que adoras por su forma de ser, y Raquel, es un poco más seria, por así decirlo y mi fiel y sabia consejera. Y sinceramente me pregunto qué haría sin ellas, que han sido el único apoyo que he tenido en los últimos años, sí, ellas que pese a saber que no soy más que una desquiciada llena de sueños permanecen a mi lado, impulsándome a la cima cual raíces.
Dentro de una semana termino la universidad, por lo que las tres vamos rumbo a Nueva York para cumplir mi sueño; conocer a ese desconsiderado tipo de ojos azules que durante los últimos seis años me ha robado el sueño, mi querido Joseph.
En fin. ¿Qué más podría decir? En mi vida no existe nada que no sea una locura, y como ven, soy única, o al menos a mí me gusta creerlo así. Muy bien ahora que conocen mi vida les voy a contar mi historia...
El día de su boda, Khloe fue inculpada de un delito que no había cometido por su hermana y su novio. Fue condenada a tres años de prisión, donde soportó mucho sufrimiento. Cuando finalmente liberaron a Khloe, su malvada hermana utilizó a su madre para obligarla a mantener una relación indecente con un anciano. El destino quiso que Khloe se cruzara en su camino con Henrik, un elegante y despiadado mafioso, así cambió el curso de su vida. A pesar de su frialdad, Henrik quería a Khloe como nadie. La ayudó a vengarse de sus enemigos y evitó que volviera a sufrir acoso.
Lascivia. Lujuria y Deseo Las vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tiene ojos sino dagas de acero que la ponen entre la espada y la pared al sentirse tentada por su superior. Ella sabe que no es sano, bueno, ni correcto sencillamente porque quien incita deseos impuros es el mejor amigo de su novio; Bratt Lewis. Christopher Morgan no es solo el coronel, verdugo y dictador del ejército más importante del mundo, tambien es el terror de la mafia italiana y a futuro el arma que dañara al que predica ser su hermano. Él tenía claro a lo que iba, pero Rachel despertó tentaciones sexuales regidas por aquel pecado desconocido llamado lascivia, demostrando que en cuestiones de pasión no hay amigos, alianzas ni compromisos. Él esta casado y ella sueña con lo mismo, pero la tentación desencadenará entre ellos un torbellino de pasiones, lujurias y deseos que solo viven aquellos que se hacen llamar amantes. "Sus actitudes son las de un desalmado sin sentimientos, pero su físico... Joder, su físico me humedece las bragas." Mafias, ejércitos secretos, infieles, adicciones y engaños. ¿Complicado? No, complicado es convivir con la tentación hecha hombre.
Katherine Wells es la única heredera del trono británico. Debido a las constantes guerras entre la mayoría de los paises y para buscar apoyos, su padre decide casarla con uno de los grandes... Antes de la boda deciden que pase una temporada en el palacio de su futuro marido con la esperanza de que, de ese modo, resulte menos traumático. Al llegar se encuentra con que el principe la desprecia, con total seguridad por ver limitados sus escarceos amorosos con con una de las criadas. Katherine se encuentra en una encrucijada. Seguir a su orgullo y abandonar a ese hombre que no la quiere allí, o cumplir su papel de princesa e intentar por todos los medios conquistarlo para que su familia no sufra la humillación de ser rechazada.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Anoche pasé una noche erótica con un desconocido en un bar. No soy una mujer al azar. Hice esto porque estaba muy triste ayer. El novio que había estado enamorado de mí durante tres años me dejó y se casó rápidamente con una chica rica. Aunque actúo como si nada hubiera pasado delante de mis amigos, estoy muy triste. Para aliviar mi estado de ánimo, fui solo al bar y me emborraché. Accidentalmente, me encontré con él. Él es más que atractivo e increíblemente sexy. Como el deseo controlaba mi mente, tuve una aventura de una noche con él. Cuando decidí olvidarme de todo y seguir adelante, descubrí que mi aventura de una noche se convirtió en mi nuevo jefe. Un tipo posesivo.