reforzado de la radiación y las temperaturas marcianas... Pero, la humanidad prosperó en los intrincados módulos de hojalata hasta q
el refugio envia
de años después
e es tiempo de olvid
tido del humor, pues mi
tido por s
viva, y mientras
guiré esperando el
ste esa navidad... para mostrártela
lzaban las letras escritas con sangre en la pared del módulo. Una mano abierta movió los dedos muert
on la pared de quitosano reforzado. La silueta n
deslizó por el pasillo blanco olisq
dable proveniente del módul
iembros de la mujer esparcidos. Se quedó boquiabierto mirando el torso desnudo de la mujer en un charco, laándose llevar por los ret
o, encerrada en un círculo junto a las letras profanas. Se v
o con frecuencia, por sus problemas de ansiedad espacial y encierro-... ¡Por Dios! -Cogió a Jeremías del brazo y tiró de él mien
la mirada acusadora de los otros habitantes del refugio. La sombr
de hojalata. El aire frío le llenó los pulmones... Buscó una silla y se sentó junto a una mesa colmada de ins
mbre-. ¿Y qué hacías en el mó
liento. No podía mirar aquellos agujeros negros en los ojos del hombre robusto si
strumentos de metal en la mesa-. Iba a terapia con la doctora cuando... -recordó el módulo
eramente-... La mataron en su
ado. Preguntas incómodas, preguntas obvias y preguntas que no supo responder... Finalmente
nto enc
ró largo rato
. Todo lo que conoces es el refugio Nirvana, construido e
planeta de desiertos rojos. Quiero ser explorador para recorrer Marte... Pero... ¿Qué pasó con su planeta, señor? He leído sobre la madera, los pája
ero lastimosamente... los humanos aprendemos eso, cuando termina la cuenta regresiva y despega la nave... Cuando d
aroma del pasto o el sonido de la lluvia... Provengo de Venezuela, un p
til que Dios creó para nosotros... Vine huyen
uando miras el cielo de este planeta desértico y encuentras al mundo del que provienes, deambulando en aquellas estrel
lo impensable y manchamos el planeta con el peor p
eño
Sí
es D
cara arrugada. Los nacidos en la Tierra tenían cierto aire
a por el encierro y... ya conocía que eran los asesinatos y la maldad.
ólo un hábito para... la ansiedad... Cuando estaba en la Tierra, era lo único que me desprendía aquel remordimiento de la piel. No t
do el cigarrillo con los labios-. Pero los hombres olvidaron eso hace muchos años. Vaga
iablo vivía en la Tierra, cuando en r
cidades... hasta que lo destruimos. Y ahora estás n
rece, pero ni siquiera él creía que fue real... ¿De verdad lo había visto? Las manos come
hice eso? -Preguntó co
, que he visto a niños como
emblante horrorizado. Dreyfus se leva
ñor
claró el hombre de cabello inexistente y hombros anchos-. Nunca creí que diría
la doctora
mayoría de los habitantes son adultos de la Segunda y Tercera Generación nacida en este planeta.
y pequeño con sólo treinta y tres secciones. Un ser maligno se paseaba e
en el pasillo trece vigilando que los moradores no se acerca
bas naciones llevaron una sangrienta guerra prolongada por veinte años; no eran sólo dos personas de distintas partes... No, eran una representación mucho más a
echo a Dreyfus, ambos tenían el u
y los ojos saltones-. El ruido es tan ensordecedor que pierdes los estribos, el fusil cargado sólo dispara y
a todos... Líquidas niños, mujeres, hombres... Es como una fiebre en tu interior. Ese a
y regresa y regresa... Pidiéndote sólo un
todo lo que podía,
tando que yo mat
sparcieron sus sesos en la selva! Ustedes se vuelven animales cuando aquella locura enfermiza nace e
nar nuestra humanidad. Te persigue, te sigue, te caza y te devora... cuando intentas apartar esos pensamientos. Te pide lo mismo una y
dejaban tiras de piel atadas a granadas para matarnos... Esa era la táctica. Eran unos cobardes desquiciados... Cada vez que anochecía me preguntaba: ¿Seré yo el próximo que capturen y le arranque
etal con una patada, los instrumentos v
conoce, señ
Antoine de Cortone confuso, la agricultora Susana Mendoza y la química Victoria Carvajal que entró con los ojos enrojecidos
colmados de un montón de instrumentos. La Tercera Generación de nacidos en Marte los miró acusadores
nos,
manecieron en un aterrador silencio hasta que bordearon el pasillo catorce al doce. El joven estiró el cuelente dejando a relucir huellas rojas-... Desde que llegué aquí, escapando de la Tierra... no dejan de pasar cosas malas. El Catac
respirando débilmente, cada vez que cerraba los ojos veía la estrella roja y la profecía macabra-. La
abrió la compuerta del cubículo sesenta y seis y lo encontró vacío, su madre estaba trabajando en el laboratorio de car
é un se
sec
dose en un monstruo negro de ojos rojos, lanzándose sobre l
neración fue del Descubrimiento, la Tercera Generación fueron las Luces y ustedes son la Generación de la Inocencia... Cada generación e
que viste en el módulo de la doctora en el pasillo trece. Esa sería la única forma de que
o satánico. Podemos cambiar eso... porque no volveremos a cometer los mismos erro
... La muerte trastorna a las personas, los vuelve psicóticos y retorcidos. Sobre todo encerrados sin escape, con un asesino escondido... Pero debes