ar hasta él, con su hija de la mano, luego de haberle despertado al marca
trás que habló con él-, no puedo tener a Marifer conmigo en el hospital. Saúl se quedó co
iendo techo justo en ese momento con su hija y una desconocida mujer que se había
le miró con los ojos demasiado abiertos-. No pue
les lleva a un hotel -dijo la joven de cabello castaño claro con luces platinadas
el hombre apartando la mirad
pensando en que podría hacerlo, pero su pequeño hijo de también tres años se había afiebrado demasiado, así qu
de poder teletransportarse para llegar más pronto con su
ensó en abrir los ojos, pero estaba demasiado cansada como para despertar, así que solo intentó hundirse de nuevo en ese sueño profu
onde quería estar, pero un aroma peculiar y el sonido de unos sut
os cosas: la luz que entraba por la rendija de la puerta entreabierta y una silu
su cuerpo desnudo, entonces, al paso de los segundos, luego de que sus ojos se acostumbraran a la
de pestañas tan largas y tupidas que causaban la envidia de muchos, se puso en pie, envolviéndose en esa sábana que pudo tomar sin problemas, pues no la es
tres años, que lloraba bajito, de pie en mitad de la habit
a pregunta que la joven se había hecho mientras aún
to así, peculiares, y ella aún estaba medio dormida cuando lo percibió, así que no le dio importancia has
undida tal vez por el sueño-, te
o para esa niña que tampoco conocía,
y, luego de encaminarse a encender la luz de la
s tres que estaban en una repisa, la desenvolvió y la hum
ó que le prestara su muñeco para que se pudiera mover con mayor libertad-
lo que había prometido: poner a su muñeco en el sofá antes de regresar a ella y
piar con la toalla húmeda y tibia, comenzando por la parte baja de
ba a la pequeña en brazos luego de limpiarla ha
aunque miraba a la mujer con cautela
asta el baño para limpiar un poco más a la peq
de veces la garganta para deshacerse de esa extr
amos ponerte ropa nueva
ugar en que ella estaba, pues en el camino a la habitación, aunque estaba ebria cuando lo
taba tan alcoholizada que pensó en que, mientras no conociera a la mujer, esa no serí
raría con el niño de la casa, ahora solo rezaba
e Airam no era terminar con alg
a conseguido un gran compañero de noche, porque la joven lo había pasado realmente bien con el desconocido, tanto que seguía pe
ación del hombre y la siguió hasta la que parecía ser su propia
a en ningún lugar de la primera planta, había corrido por las escaleras al segundo piso donde se encontró con
entía en realidad preocupado, así que solo vio desde fuera lo que ocurría en la habitación
chiquilla luego de que le preguntara, ropa interior y un nuevo pijama y, antes de poné
ía destendido luego de ayudarle a vestirse y acuclil
a luz -pidió
do de ese lugar haciendo caso al primer instinto que nació en ella en cuanto abrió los oj
niña se encontró con la desconcertada mirada del hombre con que había pasado la noche; y se lam
estir. Espero no creas que es muy raro, además, soy maestra de preescolar, y trabajé un tiempo e
dentificó el amargo olor al entrar a su habitación detrás
intentando recordar qué había pasado con ella, pues ni siqui
el hombre-. La tiraste junto co
meter, pero igual te lo voy a decir. No es bueno que engañes a tu mu
ue había sido recto el camino de la entrada a las escaleras y a la