aros se encontraba en el salón d
n guardias. Era algo que el rey había querido mantener una buena relación con
dre había decidido acompañar
lugar lleno de ventanales de vidrios y muebles d
de la forma que él solía interpretarla, podía sentir todas esas emociones e imaginarse aquellas aventuras
a, era una sirvienta que debía ser nueva, pues aunque no conocía a todas las personas que servían en el palacio, una gran
el rey - habló la sirvienta.
ia cuando el rey se levanta para salir de la habitación. La joven se acerca de nuevo
nterrumpida cuando empiezan a
la puerta que es abierta de un portazo. Por ella entran varios hombr
ho lo parecían, todos menos uno que al parecer era quien mandaba. Su port
ita negra y tú, su madre una de la perra faldera del r
ice su madre ponién
- dice acercándose - algo que todas las ratas esclavas
alquier momento - dice Amelia
mos perfectamente que a esta hora no se e
cajaba. Sabían perfectamente a que hora los guardias no se hallaban en aquel lado del
as que dos más a sus espaldas agarran a la princesa de los brazos y otro más se
ita su madre temiendo al v
rogando - habla apretando su cara - cu
vestido para seguido romper el chemise dej
su cuerpo. Aquel despreciable hombre frente a ella alza su mano para toc
irar su mano y darle golpe tan fuerte que si
uno de los muchachos está poni
vestido con un cuchillo. Dejándola desnuda delante de ellos, el líder se acerc
menso escalofrío recorre todo el cuerpo de aquella pobre e inocente señorita. Él empieza a reír en su cara - No
onar cuando siente el caliente en la parte baja de su barriga. Suelta un gritó tan
. Ella se pone en posición fetal tratando de calmar todo el dolo
ntención de irse; pero, al parecer el líder tenía planes diferentes, ya que la
ira a un mueble para empe
TÓMENME
cia. Amelia da un gritó de dolor al tiempo que su madre peg
hos, no estaba de acuerdo con los abusos ha personas inocente
sto - dice otro con miedo
rán en cualquier mo
de oír los gritos de súplica de su madre, que está siendo agarrada
negros de su verdugo y la marca casi invisible en
empre, como te hice mía
da cortando uno de sus brazos para comenzar a ca
la deja hacer gran movimiento. Su madre viene hacia ella con una manta que había cogido de una
los castaños, en cambio, en ese momento se sentía tan triste y sola, aunque su madr