antes ante lo nuevo que se avecinaba. El Padre había decidido crea
habitables porque no se nos permitía ir a cualquier parte. Claro, podíamos volar, pero a veces se hacía cansador. El fin del Cielo era una gran montaña, en cuya cima se encontraba Padre y solo sus más cercanos podían acercarse: Luzbel, Miguel, Gabriel y Rafael. Ellos cuatro eran los únicos con el permiso de pasar a la presencia, aunque, como me enteré más adelante, solo Luzbel había entrado en su presencia.
plotaban una y otra vez, chocaban unos con otros, hasta que todo se detuvo en un silencio absoluto. Nadie respiró
daban vuelta por ahí. Hasta que una de ellas se detuvo y las demás comenzaron a formarse a su alrededor. Poco a poco, se ordenaron hasta que quedaron en form
os seres que crearás? -preguntó e
pondió Padre desde
itable -protestó mi amigo, en re
mos -aseveró
una parte de ese horrendo lugar. A mí se me encomendó la tarea de crear un jardín para colocar a los primeros habitantes, por lo que tomé una legión de mis ayudantes y realicé
ó a mí en solitario a la entrada del Edén
? -preguntó casi en retórica,
nosotros. No quiere decir exactamente lo que hará, está muy misterioso
omando la decisión solo, puede crear
buen tiempo, cosa que no le sucedía solamente a él, varios ya estábamos hartos de la arrogancia de
tes, había dejado de requerir nuestra devoción a todas horas; sin embargo, aquello no imp
tiempo tan distinto al nuestro, colocó una marca solar para diferenciar día y noche. Eso no podía significar nada bueno; si
criaturas. Luzbel se veía molesto, a mí me pareció que no era por lo que estábamos a punto de contemplar
y tamaños a los que llamó animales. Los unía y de ellos nacían más. Esperamos impacientes y confundidos a
e-, vean la nueva creación, un hombre y una
tenían nuestra forma. Un hombre y una mujer. Así los llamó. Varón y hembra. La muje
ierto o es una broma? -mur
reo que lo haya hecho para
su día se acaba! ¿Cuánto va
es que necesiten vivir m
están vivos, no podrán hacerlo p
su vida será eterna -intervino
eguntó Luzbel con ironía, ap
así lo dispuso
se dispuso su
decir? -inqu
que todo esto no es más otro
puedes expresarte de esa manera, Padre
lamas a e
es s
no podemos hacer nada por cuenta propia?
l Padre. Ese es nuestro propósito, her
cepcionado, ¿has vi
sí, todos
has visto? ¿Has v
go que ve
bes qui
ién
de ti, Miguel, de ti, no. Tú la conoces tan bien
scuchar las difamaciones de Luzbel, así las llamaba él.
gunté una vez que M
iró al resto de ángeles que continuaba
o, ustedes todavía no es
ora? -le pregun
s, Junier, m
ía preo
mi hombro-. ¿Para qué estoy yo? Yo te prot
empre me trataba como si f
pregunté una vez que vi que todos
reparado. Ni tú ni tus herm
bamos preparados, no solo para saber quién era esa muj
ante mi hermano Luzbel, no soy más que un joven impetuoso, para él siempre seré su herma