ués de la mu
en la capital, las puertas de la ciudad se abrieron como cada mañana y las casas de los más favorecidos abrieron para dar bienvenida a un nuevo día, par
rse en sus aposentes mientras que el joven Emperador iba y venía adentro en su despacho, al final desquitó toda su rabia
r una de las columnas hasta quedar sentado, en su mano izquierda mantenía aquel pedazo de papel don
o abrazo sus rodillas y se encogió en el suelo, era como aquel niño recién abandonado
inconforme y mediocre que solo piensa en el egoísmo y no en el altruismo, le quedaban tres hermanos totalmente divididos por la influen
Yin pero aun así, solo basto de una Flecha... Solo de una para arrebatarle la vida...
sin causar estruendo ni molestias asía su Majestad, seguido de esto
solo se levantó del suelo pero permaneció sentado
queo la line entre sus labios, ordeno a las esclavas que entraran y orde
zo enfadar al joven Emperador que al instante las h
que las esclavas se marcharan, la salir cerraron
dijo el joven con u
edo mirar el bie
ejaran salir del palacio ¿cómo
observando todo el desorden hecho por su hijo. -Soy tu
ucharlo detuvo el paso y giro para verlo a los ojos. -Durante años desee que me trata
ao
chicos a esa peligrosa misión ¡Y fue en esa misión donde Yin murió! -grito el joven levantando el pedazo de papel que empuñaba con fuerza. -¡Estas consiente de l
a que alguien sald
de persuadirlo. -Hijo tienes que escucharme, la razón por la que quise enviarlos allá fue porque son muy buenos, Yin sobre todo es una excelente agente y es muy
sulto herido... ¿Tambi
ar y lo miro sin ente
ndía a Xiao y aun así insististe que yo lo tomara y en cambio lo enviaste a él con ellos a la mi
ordeno. -Lleven a la Emperatriz al palacio frío, no tiene permitido salir a menos que yo lo autorice, cada carta cada regalo cada comida cada cosa que entre y salga será registrado de pies a cabeza y a diario quiero
culpa y fue justo su madre quien lo persuadió para que la enviara a esa misión importante. -Investigare la muerte sospechosa de Yin y el intento de
beza mientras que tres guardias le pedían que los siguiera para salir del despacho. -Hijo
y yo quien llevara las riendas de este Imperio y desde ahora las coel papel; a un lado se encontraban todos los papeles en desorden, aun así habían uno que dejaba ver, era un retrato bastante viejo, Hoa lo separo de todos los demás y lo tomo y al contemplarlo p
erador, para en ese entonces tenía mi futuro planeado con la mujer que
, donde en un minuto veía a su padre mirar con deseo aquella jovencita bailar y al
rado y enredarse en el baile, mi padre tampoco tenía que irse a la cama con una desconocida y mi
detalle muy importante, un detalle que si... le hubiéramos prestado ate
Maldición esta