perial del
s leía en el mero silencio de la noche algunos manuscritos sagrados, su falta del sueño
a soplar frio, aquel viento entraba por las ventanas abiertas de Hao y
ente de él, aquel movimiento suave y sutil que mantenía la vela para mantenerse encendida a p
e? -informo Kun desde la entrada, uno de los guardia
ante -con
ía un hermoso hanfu rosado, su cabello suelto hasta la cintura y c
r de hacen horas sosteniendo el mismo manuscrito, Ming se recli
prometí a cambio de su ayuda... Por favor, no se olvida de su humilde esclava... -dicho esto una p
manuscrito y lo dejo sobre la mesa, antes de levantarse se detuvo a pensar un poco má
la mujer arrodillada. -Levant
e acto jamás lo olvidare y siempre lo tendré en cuenta, además, ya he enviado sold
gracias alteza, le seré eternamente agradecida.
loras? Acabas de salvar a tu hermano... -después de mirarla a los ojos y darse de cuenta cuanto expresaba con ta
e alejó, solo sé que quedó inmóvil analizando con lo que por
n sus alientos aun chocando pregu
así mima Ming quien con la misma
qué sentir miedo; desde hoy este palacio será nuestro hogar, serás feliz y me harás el
ctarse en sentimiento, sus ojos junto a los
debidamente para la ocasión, Hao tomo la iniciativa y empezó a quitar c
n no solo marcaria su vida si no que también la convertiría en
de Hao, muchos hombres importantes y funcionarios de alto rango enviaban a sus hijas y criadas más hermosas para qu
y cuerpo, aquella noche la pasión de ambos regocijaban los pequeños espacios so
bitaciones todos mantenían su sueño profundo, todos menos Hao, quien después de vivir una expe
eguía tormento, ni
amente al escuchar alguien lla
eñas gotas cayendo por su frente eran el indic
ión teniendo mucho cuidado para no despertar a su consort, para entonces ya no h
se dispuso a sentarse y a respirar con calma, tomándose un
cuchar la misma voz q
ue escuchar voces dentro de mi cabeza
de aquella biblioteca salió una figura femenina cubierta de pie
ato de llamar a los guardias pero aquella figu
idad en hacer un escándalo -una v
. ¿Cómo es que ti
. -sonrió. -Mi nombre es Shui... Es un gusto po
s quié
que usted mismo c
er llamaba la atención, aunque no podía observar su
e a extraños Altez
rendes a media noche, luego me atacas y pretendes que q
uitando aquella capa que la cubría casi que por completo, aque
, abrió sus ojos tan grandes y dejo que la impresión lo tumbara, callo sobre sus rodillas m
.. ¿Ere