mejor amiga frente a ella, se abrazaron
a! -exclamó Isabela o
ísima -afirmó
mó de la mano al joven que tenía a su lado, y enseguida Enzo saludó con
hermana -comentó Isabella-. Ella es Katty, de qu
reer que hace unos minutos el novio
o, le brindó una pequeña sonrisa que provo
ió, entonces la jovencita con timidez, extendió su mano al apuesto ca
as personas del aeropuerto a alguien, frunció el ceño, a
irme? -cuestionó Isabela
estaba aquí esperando, tal vez tuvo que atender algú
asomó ese mismo vacío en su pecho, que siempre se transformaba en tristeza cuando se trat
pronunció Isabela, f
la hermosa residencia Vidal, los padres de la
de Rodrigo-. Los extrañé mucho -afirmó la joven dándole un fuerte abrazo al h
on asiento en los sillones del amplio salón; mientras les servían v
-¿Supe que abrirán Macr
cargo, y mi padre dirigirá tod
cha a la boda? -preguntó D
y de inmediato entrelazó sus
la mano de su hija -explicó y
vó a Diana, y
poco tiempo -advirtió el señor Vida
a, con el rostro carmín
o que mis intenciones con su hija son las mejores -intervino el
eso -expresó Rodr
edor en donde los platillos favorito
ña, y postre de tres leches -mencionó con una ampl
por no poder continuar en la reunión, al mismo tie
tó Enzo-. Te puedo dejar
da sonrisa, entonces dir
la casa de al lado desde hace un pa
acercó a su novia y se despidió
adres de Isa, se despidió de ellos, y del resto de la f
chica a la que casi atropello, fuera l
al escucharlo, er
hablar de lo su
a mejor amiga de mi novia, también nosot
erle la mirada, de nu
as salía del portón de la casa de Isa
conocerte Katty
nera -respon
iendo su cuerpo estremecerse al darse cuenta de que
omento que entró a su residencia, sin embargo,
*
ños; su mirada se enfocó en aquel oso de peluche que reposaba sobre una mecedora, e
ariciar el peluche. De pronto el estruendoso sonido de una motocicleta la sobresaltó. Su corazón saltó
, su cuerpo se estremeció al contemplar el instante en
! -ex
ella parpadeó y enseguida se escondió tras la gruesa cortina, coloc
inguir una silueta moverse, ladeó
t by Nirvana» sonaba en la habitación de I
apagó cuando se dio cuenta de que dejó la toalla sobre la cama. -¡Mald
la garganta seca, al verla sin r
herm
ndose con sus manos su desnudes, sintiendo c
esión sus pies se enredaron con el edredón y
o, asustada, entonces se
, deslizando su mano hac
os y sensuales labios, ansió tanto volver a probarlos
r -afirmó, recorriendo con su mirada el cuerpo de
ntempló. La mirada aceitunada de la joven recorrió sin reparo el bien fornido cuerpo de él. Suspiró al evocar aquella primera vez, cuando l
interrogatorio, deberías ponerte a
ías como un ladrón a casas ajenas -recriminó la
iró aquel delicioso perfume a rosas y miel que de
ó enfundada en un pijama de dos piez
s pijamas de niña?
ndo, confundida, luego
s brazos a la altura del pecho-. Además, lo que yo utili
-, pero ahora que eres una mujer comprometid
a sonrisa, elevó
sin embargo, te repito, eso es algo que a ti no te interesa
entitud hacia ella. Isabela, al verlo
sías -susurró camina
uños con fuerza al
uí? -cuestionó
dose frente a ella, para mirarla directo a los ojos-,
a, bufó sin dejar de ref
ue estabas ahí, impa
arcajeó co
a -contestó-, no t
del viaje, deseo descansar -expuso la j
-murmuró Fernando, a
a mejilla de ella; cerró sus ojos sintiendo la suavidad de la piel de la joven. Se vio tentado a estrecharla entre sus brazos
onteniendo también las ganas de abrazarlo, pero
espondió Ferna
nera -contestó Isa, c
mpre lo hacía saltando de la rama del árbol que daba al patio de su casa; u
caba sus dedos en los labios. -¿Qué crees que piense mi papá, cuand
char las advertencias de María P
rió-, tu papá va a regañar a Isabel
bozó una amp
o de no decir nada -respondió la adolescente-. Tengo
ecriminó Nando, metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón, r
oltó una gr
í consigues unas identificaciones falsas para poder entrar a una discoteca mis amigas y yo, como si fuéramos mayores de