dólares. El cheque la estaba esperando cuando Emma volvió al hotel a la mañana si
o en l
fono. Era un gasto
tenía uno porque le dab
ana podía usarlo en
, Violeta acumuló una
ero Emma no tenía pr
realmente lo necesit
ien llamar d
s horas para que emp
foso de la diversión
e desde el restaurant
la ciudad, la sala de
sa en autobús. El b
í tenía que llamar a
omara los quinientos
o la hizo retor
staba ocupada por otr
ma. Siendo realistas
en el hotel, deberí
ra. Algunas las recon
s o nunca prestó aten
raro antisocial, per
y comer bien, y ni
real con ot
ntó la vista cuando
gastada a la pequeña
ción. La cabina telefó
madera que con
abierta a un anunci
a encerrado por un bol
tras tomaba el telé
te años, estaba tan claro para ella como su propio nomb
pondió en el
¿
gar mucho antes d
. Necesito hablar con
l teléfono. Hubo una pelea y luego
. ¿Tienes
estómago vacío. El mango de plástico s
teléfono con
ró inestablemente-. Ten
ó entre ellos en la única exhalació
o es mucho dinero para co
piró. -¿Cuá
bía por su garganta. Sombras grises habían empezado a subir po
mm
era su nombre así, de e
Tengo... fue todo l
que fue succionado por
s en absoluto, ¿verdad, Emma?
uscar el
e trata de mantener tu palabra. Fui mu
ía no
tendimiento cuando hablamos ayer. Pero tal vez no te importa tu hermana
or, sólo dame
Quiero que me entregues a tu hermana antes de las
e cuando agarró la gripe y tuvo que ser internada en el hospital. Cada centímetro de su cuerpo dolía con una fer
e derramaban por todas las habitaciones en un dorado oscuro. La cena de la noche anterior, algo cursi y cremoso, perduró en el espacio, pero a p
esto no puede
ecogidas y su rostro pegajoso aplastado en sus rodillas levantadas. Su cuerpo se agitaba
uelo crujió. En cualquier otro momento, los sonidos no la habrían llenado de
absorbió el silencio
s los signos de debilidad,
ichell! ¿La h
or de su rostro marchito. Sus ojos azules se habían desvanecido en gris, pero aún brillaban de una manera que siempre hizo que Emma
ló la habitación in-l
penas cubría el costo de una caja de fósforos y Emma necesitaba alg
ciones -explicó con un miserable encogimiento de hombros-.
la de
tear algo, pero eso sólo
ne a casa a cambiarme. -Hiz
ré un triple tur
e preocupes por nada. Haré mi guiso de pollo y m
por al menos una cosa, Emma sonrió. -
te he puesto a cargo y
cinco hijos y seis nietos. Sé cómo poner en práctica la ley. R
ojos, su sonrisa se desvaneció. Sus hombros cayer
ala de juegos y decirle que llegaría tard
e había rasgado y Emma estaba exhausta y aun así, extrañamente, muy alerta. Su mente era un nudo enredado de todo y cualquier cosa que pudiera hace
banco ya le había advertido que cerrarían sus cuentas si volvía a hacerlo. «¿Pero qu
ar y nada menos que vender la casa le estaba consiguiendo eso.
ce
e su cabello y los empuño arrancando mechones de sus raíces,
an. Escuchó el pitido del horno precalentado. Luego el zumbido silencioso de
La mayoría de los cajones estaban vacíos, mientras que antes, apenas cerrab
par de pantalones y una camiseta nueva y se quitó rápidamente la ropa empapada de sudor. Se pei
ngo que ir al ban
o antes de cerrar la puerta p
idrio teñidas de un azul verdoso contra el sol. Emma fue al cajero primero para cobrar el cheque
to con los quinientos del hotel. Fueron de
y volvier
mero que Emmaescuchó cuando volvió a entra
hillido de su hermana y encontró a la rubia asomando por la isla mie
ana de manera uniforme-. Eso significa que
ja demac
go de la columna de Emma mientras irru
ía compartido una vez. Vi era exactamente como Emma solía ser, superficial, egocéntrica, y absorta en el conocimiento de que nada malo podría pasarle. En muchos sentidos, Vi era como era porque Emma
gió, agitando un brazo delgado en direc
dió Emma bruscamente-. Y e
clara muestra de asco. -Ella no es mi
con un gesto despectivo de su muñeca-. Vo
-No tengo dinero y tú
olumen ensordecedor del chillido de
estás tratando de
us estudios, -respondio Emma con
da y tengo amigos
ar, así que vas a escuchar a la Sra. Michell, comer tu cena, hacer tus deberes y
lor carmesí inundando sus mejilla
tutora legal y eso significa que soy responsable de ti y de tu bienestar h
siseo era b
granja del tío Luis y dejo que te arrui
rostro de la otra chica e
s una
chó como el chasquido de sus zapatos rosas resonaba en la mad
on el estruendo del
a. La Sra. Michell la estudió con ojos tristes y sagaces, pero por suerte no h
vez por el comportamiento de la c
e que no puedas localizarme, pero intentaré
asintió. -Está
on algo enojado y fuerte que hizo sonar la puerta. Emma lo dejó pasar. Había aprendido hace ti
vistió cuidadosamente con una falda corta negra y una blusa
ntras se maquillaba, evita
able. Ella había hecho lo mejor que pudo,
ger a Vi. Aunque le faltaba el valor para ponerle un