ítu
ambio
ar
fin soy mujer y Eduardo estuvo marav
odo vale la pena, así que decidí darme la vuelt
e miedo al ver que estoy en l
to, y me levanté de un salto po
idad, me vestí y sal
fue exactamente
tomé un taxi y fui directo al aeropuerto, y tomé
los no están en casa, y el lunes el abue
allí encontré a la abuela, pero ella estaba deprimida y me dijo que m
n lugar para operarlo de forma urgente era casi n
s, pero fui a la recepción y pregunté, ¿dónde tendría un especialista
, lo busqué en internet, y luego llamé al propio hospital, y la asistente
roximadamente un va
te que buscara un l
lamé a Eduardo y
vió una transferen
je a mi abuela que el abuelo ser
s, ya que pensó que se hab
ocuparla, así que dejé q
dado y su cirugía se realizaría en cuatro hor
go y luego la llevé a casa pa
o quería, pero
n Lena, una vecina,
co después y duró
programado, y ahora era el momento de
el médico ya dijo que
era escapado con vida de la c
las gracias
y que a la mañana siguiente podía llama
la abuela que pronto fue a decir
ajos, ni siquiera iba a traba
apenas dormía de noche, según ella si mi abue
erto de miedo, hasta que el jueve
mbargo, como había dicho el Doctor, ahora que iban a ver
siempre tuve la confianza
r si todo estaba bien, le agradecí su apoyo, no impo
onmigo y, en la medida de lo posible
beza para ir con él a la Granja, porque según él iría allí,
o al final se acordó que nos veremos pronto, el dom
ella aún estaba sin fuerzas, yo estaba agotado de ver esta s
ida, y mi abuela en depresión
pie y con fuerzas para que en cuanto mi abue
e ayudó a limpiar la casa, e incl
, simplemente dor
a siguiente y vo
ve que prepararme, porque Eduardo era exigent
, cuando me vio en la entrada del restaurante, se disculpó por no hab
able en el hospital y que aún no podía recibir una visit
cuando llegamos a la mesa me sorprendió ver al
ie y Eduardo me pre
mayo, tal fu
r, luego le explicó a su jefe, que Henrico Katis
haber estado
mi sorpresa fue por hab
el nivel de estrés por las nubes, trato de calma
e la comida en el restaurante local era excel
odo estaba bien, que era un
os mejores restaurantes del m
dé ahí, escuchando ya veces miraba a los oj
rdenar un parto típico brasileño,
beber agua, y muc
i intento de parecer tran
añante, y voy al baño que está l
me la cara, soltar un grito o simple
al hombre que me quitó la virginidad y
cuándo term
primera duc
la cabeza apoyada en las ma
dea y mortifica
o miedo de salir de la caja en la que estaba, para ver qué estaba pasan
go d
ente llegué a conocerte!
l lugar, y Eduardo podría venir a buscarte
ro con
o tener contacto con usted, ¡
cualquier momento alguien podría quere
amos pronto, o de lo contrario iré ahora mismo con tu precioso
No ha
no le gustará saber que su dulce novia ya no e
ombre maravilloso, ¡no se merece lo que hicimos! - Esto
mi número de teléfono y envíame un mensaje de texto, g
odo
ue pidió Eduardo, ¡porque cu
o espero un poco
abeza y mi boc
comida que llegó era un bistec
o, pero no pude, simplemen
soufflé de mara
me dijo que podía relajarme con la dieta,
la atención de este Henrico
nos despedimos, me fui en mi auto
n el jefe de Eduardo, apenas llegué a
go en un hotel en el
raciliane