e 1.
iende el au
rigo oscuro, zapatos puntiagudos y gruesos guantes de cue
uy fría y llena de nieve que ya se acumula
re, empuja c
ma en que hablaba, l
suave ", gruñó. "El coche
eve que ahora era un charco fangoso con la fricción de las ruedas. Lo intentó, emp
gruñir, obligando
erte y sujetó mejor sus botas, tomó apoyo extra y apoyó su
o se balanceó de lado a lado, comenzando a des
- Se tensó "Otra vez...
pujando juntos, el sedán patinó un poco más y como era un c
rsándolos. Ensuciaba sus pantalones y zapatos. Al menos s
cluso se llenó la cara de nieve y la escupió, limpiándose la bar
do su billetera para darle las
ó del interior del auto - Gracias por la ayuda. Gracias
Ya tenía una id
r. Perteneció a Margô Fontenele. El snob m
al menos podría haber dicho un simple gracias. Aplaudió, se li
ó su camino. Lo curioso es que, por así decirlo, ellos también cont
ue podían hacer era preguntar si necesitaban a
aciadamente mucha gente era así. Pidieron ay
hombre que estaba salie
nevaba y era de noche. Una persona
a en algún lugar por allí. Y él est
a. Era increíble cómo las personas solo se preocupaba
ada quien hiciera sus gustos y entonces no sabían po
en cierto modo, no fue solo su culpa, sino también la de sus
rres. Que, por cierto, la mayor parte
ía de vista a algunos de sus tíos y primos. Margô provenía de una d
nco y una concesionaria de autos importados. Fue el ún
os de lujo. Margo era muy bonita con sus ojos azules y cabello negro con me
jenas a su círculo de ami
mbres la encontraban irresistible. No era difícil ver a uno de ellos que frecuen
sin esfuerzo. Magê estaba acostumbrada a que la
mada como Margo, pero si pudiera tener a alguien a su
que estaba con ella ahora. D
pequeña. Había nacido y crecido aquí en Torres y probabl