dían y los relámpagos iluminaban el cielo. Despu
a en la cama, envuelta en un ed
ña. Sentía como si muchas manos invisibles
a todo su cuerpo cubierto de sudor, no se atreví
ac
amente, y ella oyó el sonido de unos zap
ración, tanto que empezó a tener dolores en el pecho. Su
privacidad de los amos, los sirvientes se alojab
uien le estaba quitando la colcha,
itara la colcha con fuerza. A través de sus lágrimas, vio a un apuesto h
e sus temores se disipaban de a poco. Su corazón,
ras soltaba el edredón y empezó a desabotonar su camisa con s
sonrojó y se dio la
. Se veía muy nerviosa y no se atrevía a mirarlo a los ojos. Uno de los tirantes de su camisón se había caído del hombro, y la forma
al sentirse un
ales con frecuencia. Al ver la expresión de su rost
cama, sacó el pijama de él del armari
l pensar en lo que pasaría cuando este terminara
papel de la señora Clemons. Pero cuando anochecía, y los dos s
iable que no paraba hasta que el
pijama que ella le dio. Por el contrario, solo se había envuelto una toalla de baño alrededor
la tiró al suelo. Luego la agarró a ella y la puso de espaldas en e
a que a ella le picaran los lóbulos de las orejas y el cuello. Entonces se
r que su esposo era hábil en la cama. Después de tres años, él ya había memorizado los puntos más sensibles de
que le subían por la columna vertebral. Era adicta a esa sensación. Ella retorcía su cuerpo contestando los m
as llenaron la habitación junto
ir los sonidos". La voz profunda y seductor
transformara en suaves pero incontenibles gemidos de placer. Al
llí. También al baño y al balcón. La hizo correrse una y otra vez como si n
o que estaba profundamente dormido. Quitó su mano de la cintura, se deslizó fuera de la cama y se
empo, Brendan nunca la había llamado "car
so. Salvo cuando estaban en la cama, sus ojos er