morada de él desde que estaba en la universidad, para ese entonces él estaba en último año. Sin embargo, él no estaba
ano juicio; no quiso decir algo así", interrumpió Morris abruptamente.
burló. "Señor An, ¿echaste a la madre de mi
stro de Morris por un momento, per
s razón. En ese momento yo
tad con Esteban, Margaret resopló, e incluso bajó la cabe
se momento, resopló incluso con frialdad. Hace unos momentos, Monique era como
ada. Aunque, ¿ya terminaste de recordar los viejos t
e Morris, tomó la mano de Margar
la oportunidad de quedar embarazada con un hijo de Esteban y convertirse en su esposa. Lo que no esperaba era que Janiya, de quien había estado
ima con todas su fuerzas,
eflejó en sus oj
ban fuera de la vista de Morris,
a chocar contra su ancha espalda. El impacto casi hizo que la nariz de la joven sangrara, no pudo
n la mano cuando este se dio l
zada. Este se inclinó, se acercó a su oído y le susurró
hace siete años algo hubiese pasado entre ellos dos. Así que
una cara que podía hacer gritar a las mujeres, sino que también emitía todo el tiempo un aura de pe
a. No obstante, el líder del Grupo ST lo sabía bien. El problema era que ella no podía darse el lujo de hablar con este hombre par
uya que vi en una revista, no hubiese sabido que tú
ra pedirle a alguien de Grupo ST que le hiciera una prueba de paternidad. Fue
tener la sospecha de que ella no l
un rincón, paso a paso, y co
eso la puso incómoda. Nunca antes había estado tan cerca de ningún hombre, así que se sintió un poco i
a su rostro, haciéndola sentir más nerviosa. Ni siquiera se atrevió a parp
ste no lo podía creer. Margaret había sido tan atrevida como para decirles a todos en su ceremonia
o en su rostro, se sonrojó. Era difícil
e siete años tuviste aventuras con innumerables hombres y por eso no
mandíbula. Ella se mordió el labio inferior con tanta fuerza que sus ojos se pus
defenderse, solo por esa
él estaba en lo correcto, por l
traba que Caspar era realmente su hijo, nunca
zo más intensa. En ese momento, le gustarí
rior comenzó a sangrar y la sangre
angre. No esperaba que Margaret fuera tan ter
que veía a una mu
s. ¿Me vas a decir la verdad? ¿O vas a esperar a
as con frialdad y arrogancia
la espalda de Esteban mientras este se alejaba. Se s
ante!', se rio ella de
rdo o no. Ella había firmado un contrato de veinte años con ellos. Entonces, inc
Pei, mientras que la madre del niño fue enviada
a su hijo todos los días antes de que se revelara el r
poco, decidió ver la televisión y poco a poco se quedó d