s al aire, pude disfrutar de la
aparecieron los grandes árboles cop
cio, él me dijo saludaremos a u
go congelado, a la par una cabaña construida co
el momento que yo también hab
as chocaron in
zaremos
do, se veia entre sus cincuenta y sesenta años y a pesar de ello su físico era de e
ío Pepe. El tío Pepe pareció darse cue
buen gusto, tu c
..no- tar
el Sr. Pepe, mirando increíblemente a mi jefe. No te había visto reír hace mucho
de ser una Chica linda. Me sonrojé, no
de aluminio brillante o paredes falsos, que parecían paisajes del mismo bosque amazónica, o el desierto de Chile
esta cabaña es de mi pequeño Donovan
o decirte conveniente
ntinuó parado como si no estuviera refirien
s un viejo y solitario. Debes aprovechar las oportunidades que
hablaba por su pr
y triste, como reco
r. Pepe, recordar es viv
no hacerlo, me dice en una voz grave. Asiento con la cab
nes del interior, mientras el Sr. Pe
pues hayaba demasiado interesan
mi espalda, volteo a verlos y encuentr
que dice me pone los pelos de punta. ¿Nuestr
oliado de
ra de no me lo creo, digo veh! Soy co
Para hablar sin pie ni cabeza.
mal genio. Por que so
lo observa a él como si hubiera de
no puedo echarle una
es llamarme tío Pepe. En vista de que amo y aprecio mucho
e el Sr.
a pecho. Esta bien, le contes
dice el t
or su propio peso. Se agacha y mueve
as transcurridas, e
a bien de Donovan, es un hombre solita
bajar ayer en su empresa, le digo.
a. Por otro lado es demasiado pronto de conocerla y tr
destino de regreso. Llegamos casi en horas altas de las noche. En todo este trans
onal, me dijo, da tu dirección al esc
-le respondo, sin
ré un
ré en casa pronta
esafiando con la m
empleados? -A lo que él me
r cuidados! Porque si como tu dices, ayer entraste a trabajar y no me
cuencos de mis ojos parecían que